lunes, 10 de diciembre de 2012

REALISMO

El realismo literario :
Es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad de siglo XIX.El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.

Características

   
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible. 
EL REALISMO MEXICANO
La novela realista llegó a la literatura mexicana cuando ya era común en las literaturas de los países europeos. Cercano al modernismo, el realismo tuvo críticas y detractores entre los poetas modernistas.
     El realismo en México se desarrolló durante el porfiriato, con grandes novelistas como Emilio Rabasa, José López Portillo y Rojas, Rafael Delgado, Ángel de Campo, Heriberto Frías, Federico Gamboa y Carlos González Peña, entre otros.
     Abarcó los años de 1877 a 1910 y en él la figura política principal fue Porfirio Díaz, quien gobernó México por más de 30 años. A este periodo se le conoce con el nombre de "la paz porfiriana", que se caracterizó por el impulso de la economía, pero también por las brutales represiones contra los inconformes y disidentes políticos. También durante este periodo, se crearon los primeros bancos y se construyeron 24 000 kilómetros de vías férreas, que activaron el comercio, la minería, la industria cervecera, tabacalera y textil. La agricultura alcanzó un alto desarrollo, principalmente en el sureste del país, pero siempre a costa del trabajo de los campesinos que eran tratados como esclavos, atados con las cadenas de la deuda a las tiendas de raya.
     En la vida cultural se extendió la educación y las escuelas públicas para la clase media. Se creó el Consejo Superior de Instrucción Pública que fue elevado a Secretaría en 1905. Justo Sierra restauró en 1910 la Universidad Nacional, que había sido suprimida por Valentín Gómez Farías en 1833. Se desarrolló activamente el periodismo, sobre todo contra el gobierno, y fueron perseguidos periodistas como los hermanos Flores Magón, Filomeno Mata y Daniel Cabrera, fundador del periódico El hijo del Ahuizote.
     El positivismo, doctrina filosófica francesa que promovió Gabino Barreda en nuestro país, fue el pensamiento que adoptó el Porfiriato. Si bien Barreda proponía libertad, orden y progreso, es decir, la libertad como medio, el orden como base y el progreso como fin, el Porfiriato lo redujo a orden y progreso.
     El realismo mexicano rechazó el positivismo porfiriano y propuso el nacionalismo, la mexicanidad y la búsqueda de la justicia social. De ahí surgió una literatura pujante, cruel y vigorosa, llena de color y de vida, que narraba episodios de la Revolución, dramas y escenas campesinas, pero con un hondo contenido social.
     Ignacio Manuel Altamirano fue maestro de varias generaciones literarias. Entre sus mejores obras se encuentran Clemencia, El Zarco y Navidad en las montañas, las dos últimas con tintes realistas. En la novela de la corriente realista hay una tendencia a idealizar costumbres y personajes, un anhelo por lograr paz y justicia, y un gran apego a la patria. En el campo de la crítica literaria, Ignacio Manuel Altamirano escribió numerosos ensayos y biografías que se recogieron bajo el título de La literatura nacional.
     Altamirano fue sin duda romántico, pero su interés por la cultura literaria y la historia lo convirtieron en precursor del realismo mexicano.
     Los autores mexicanos leían y admiraban a los escritores realistas europeos como el francés Balzac y su Comedia humana; a Benito Pérez Galdós, el historiador y cronista español con su obra Episodios nacionales, y al también español José María de Pereda, que con sus novelas regionalistas inspiró la obra del mexicano Rafael Delgado. De Inglaterra llegaron obras como Oliver Twist, de Charles Dickens.
     Estas influencias contribuyeron a que los autores mexicanos reflejaran en sus obras, cada vez con mayor énfasis, descripciones objetivas de la realidad, sin abandonar las reminiscencias románticas como el sentimentalismo. Surgieron así autores realistas como:
     Heriberto Frías, que en su obra Tomóchic refleja las tensiones sociales del Porfiriato.
     Rafael Delgado, que en sus cuentos y novelas expresó los prejuicios de la vida provinciana, como en su relato "Asesinato en Palma Sola", que forma parte de los cuentos reunidos en la obra Cuentos y notas (1902).
     José López Portillo y Rojas, quien en su novela La parcela denunció las injusticias y brutalidades cometidas por la policía rural porfiriana.
     Ángel de Campo (Micrós), quien con toda objetividad y realismo describió la vida de los habitantes de los barrios populosos de la Ciudad de México.
     Otros autores de la novela realista en México son:
     Arcadio Zentella Priego (1844-1920), autor de la obra que es considerada la primera novela realista mexicana: Perico, en la que narra las desventuras de un peón que mata a su amo y cuando es capturado se enfrenta a una justicia que sólo sirve a los ricos y poderosos.
     Emilio Rabasa (1854-1930), autor de La bola, El cuarto poder y Moneda falsa, entre otras novelas que denuncian las injusticias sociales. Algunos ejemplos de la literatura romántica y realista mexicana del siglo XIX son: Al... de Justo Sierra, El asesinato de Palma-Sola de Rafael Delgado.
     Las características de ambas corrientes son similares a las del romanticismo y realismo europeos, con algunas diferencias. A continuación se muestran las características que tuvo el romanticismo tanto en Europa como en México.
     Características del romanticismo europeo:
  • Fue una reacción contra los neoclásicos.
  • Evadió la realidad y se recreó en la historia y el pasado.
  • Fue pesimista y creyó en el destino providencial.
  • Surgió en Alemania e Inglaterra, entre los últimos años del siglo XVIII y de ahí se extendió a toda Europa.
     Características del romanticismo mexicano:
  • No existió el enfrentamiento de los neoclásicos y románticos. En México, estos grupos convivieron pacíficamente en la Academia de Letrán.
  • Representó la voz del reclamo social.
  • Se encauzó contra la tiranía, la tradición y los privilegios.
  • Comenzó con la Independencia, pero fue hasta la restauración de la República en 1867 cuando el romanticismo alcanzó su mayor esplendor.
     A manera de resumen se puede decir que el romanticismo y el realismo en hispanoamérica se distinguieron de las corrientes europeas; en que tuvieron gran interés por las tendencias sociales y políticas de la época; el romanticismo floreció en el periodo de la restauración de la república en México, mientras que el realismo tuvo su auge durante el Porfiriato.


 Benito Pérez Galdós (1843 - 1920)
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria, pero estudió en Madrid, aunque finalmente dejó los estudios para dedicarse a escribir. Sus ideas políticas le acabaron perjudicando y en los últimos años de su vida Quedó ciego y atravesó por dificultades económicas.
Es el escritor realista que más escribió y entre su obra hay que destacar:
  • Los episodios nacionales son una crónica de conflictos importantes en España. Superó el romanticismo tratando historia reciente
  • Las novelas de primera época ataca la intolerancia y el fanatismo, especialmente entre progresistas y tradicionalistas
  • En las "Novelas españolas contemporáneas" describe la sociedad contemporánea sin defender una ideología en concreto sino que permanece imparcial. La obra destaca por la mayor profundidad y complejidad de los personajes.
  • Por otra parte, ni siquiera en las Novelas de tema espiritual, que tratan temas espirituales, abandona observación detallada
El gran mérito de Galdós fue su arte al trazar el panorama de la sociedad española de su época. Superó el costumbrismo regional de otros autores y trata la división de progresistas y tradicionalistas proponiendo como única solución la Tolerancia y la armonía.
III.a) Leopoldo Alas Clarín (1852 - 1901)
Leopoldo Alas Clarín nació en Zamora, pero vivió en Oviedo. Fue muy influenciado por los krausistas y un firme de defensor de las ideas liberales y republicanas. Destacó por ser muy crítico y sensible a las injusticias.
Entre su obra crítica hay que resaltar sus ensayos que destacan por su certeza de juicio. Como critico literario (Novedades literarias, corrientes literarias ...) fue un Gran defensor de Galdós. 

 Su obra narrativa destaca por sus cuentos y novelas cortas. Llama la atención sobre la misma su espíritu crítico y su sensibilidad por situaciones humanas. También fue el autor de dos novelas largas: "La Regenta" y "Su único hijo" . Mientras sus cuentos tuvieron mucho éxito, La Regenta no tuvo éxito hasta mucho más tarde. Destaca La Regenta por la psicología de los personajes, la perfecta estructuración y la técnica narrativa moderna.




Benito Pérez Galdós


EL REALISMO
REALISMO EN FRANCIA

GUSTAVO FLAUBERT
Considerado el máximo exponente de la narrativa del realismo, Gustave Flaubert ha pasado a la historia como un estilista consumado que consagraba días enteros a la búsqueda de le seul mot juste (la palabra justa). Hijo de un cirujano y de la hija de un respetado médico de Ruán, empezó a escribir de niño, publicó su primer poema a los dieciséis años, y, tras estudiar leyes en París por mandato de su padre, suspendió los exámenes finales en 1843 a raíz de una enfermedad nerviosa, que lo obligaría a buscar paz y reposo hasta el fin de sus días. Tres años más tarde, las muertes de su padre y de una hermana lo dejaron en posesión de una herencia cuantiosa, y se instaló a escribir en la finca familiar de Croissert, cerca de Ruán, a donde lo visitarían más tarde destacados literatos.
Sus esfuerzos titánicos por encontrar la palabra exacta y la frase perfecta lo emplearía durante cinco años en la redacción de Madame Bovary, cuya protagonista, una burguesa tan típica y provinciana como su propia madre, encarnaría los sentimientos del autor contra la mezquindad y la hipocresía de la clase media. Publicada por entregas en 1856, esta obra cumbre de las letras francesas le acarreó a Flaubert un juicio por inmoralidad, del que salió absuelto en 1857 poco antes de la publicación del libro. La novela histórica Salambó, ambientada dentro de una vena tan romántica como realista en la antigua Cartago, se añadiría en la década siguiente a su obra publicada en vida, que incluye también Las tentaciones de San Antonio y el volumen de relatos Tres Cuentos. La novela inconclusa Bouvard y Pecuchet y su Diccionario de lugares comunes serían editados póstumamente, al igual que la célebre novela de aprendizaje La educación sentimental. Esta última novela narra la historia de un joven burgués y de sus frustrados amores con una mujer casada. Soltero de por vida, Flaubert se acostumbró a pasar los inviernos de sus últimos años en París y a oficiar allí como anfitrión de sofisticadas veladas literarias, en las que conocería a su discípulo de más de una década Guy de Maupassant. Su Correspondencia, publicada también tras su fallecimiento, es una valiosa fuente de información sobre una vida consagrada a hacer de la literatura un arte puro y sin concesiones.
MADAME BOVARY
Acusada de inmoralidad ante un tribunal francés en 1856, Madame Bovary inauguró una nueva era en la historia de la narrativa. Su autor se inspiró para su composición en varias historias verídicas de la época, entre ellas la de una mujer llamada Delphine Delamare, casada con un médico normando que había muerto de pena tras descubrir que su esposa le había sido infiel y lo había dejado en la ruina. La protagonista de la novela, una burguesa típica e infiel como la del publicitado caso Delamare, pudo estar basada también en Louise Pradier, otra adúltera tristemente célebre, a quien el autor visitaría en diversas ocasiones desafiando el ostracismo social. Interrogado más tarde acerca de la identidad real de su personaje, Flaubert respondería con la célebre frase: “Madame Bovary soy yo”. Bajo la trama convencional de una crónica de adulterio, la novela, subtitulada Costumbres provincianas, refleja efectivamente la antipatía profunda del autor hacia la moral social que condenaba el adulterio, y hacia la mentalidad mercantil y la mediocridad intelectual de la burguesía francesa. Su heroína, Emma Bovary, es una mujer atrapada en un matrimonio insulso, quien, de la mano de las pasiones románticas de sus libros de cabecera, se entrega un día a la búsqueda de sus ilusiones y transgrede la norma burguesa a través de una serie de aventuras amorosas. La frustración en que al cabo del tiempo la sumen estos escapismos, tanto o más convencionales que su propio tedio marital, la conduce poco a poco a la desesperación y finalmente al suicidio. La penetración psicológica y la maestría estilística de Flaubert transforman esta tragedia banal en una narración soberbia, que registra los más nimios detalles de la vida y los pensamientos de sus personajes, confiriéndoles una existencia tan real como apasionante. Las aspiraciones totalizantes de este novedoso procedimiento determinarían el curso de toda la narrativa posterior. A raíz de la publicación por entregas de la novela en 1856, Flaubert fue acusado de inmoralidad ante los tribunales, y se salvó por escaso margen de ser condenado poco antes de su publicación en forma de libro en 1857. Su obra, reeditada posteriormente en todas las lenguas europeas, es uno de los clásicos indispensables de la literatura universal.

FEDOR DOSTOIEVSKY


CRIMEN Y CASTIGO
La historia narra la vida de Raskolnikov, un joven estudiante de derecho en la Rusia zarista. Aquel joven ve trabados sus sueños por la miseria en la cual se ve envuelto él y su familia, debiendo congelar sus estudios por falta de dinero. En búsqueda de dinero llega a conocer a una vil y egoísta anciana, la cual ejerce el oficio de prestamista.
Al darse cuenta de la riqueza que la octogenaria posee, la mente del protagonista se va emponzoñando con el sucio deseo de asesinarla y robar el dinero que ella guarda en su casa. Tras muchos cuestionamientos morales acerca de lo que significaría matar a la anciana, termina por hacer realidad aquel deseo. Sin embargo, asesina también a la hermana de la anciana, ya que le sorprende en el lugar del crimen.
No había un momento que perder. Él sacó del todo el hacha de debajo del paletó, esgrimiola con ambas manos, sin darse cuenta de lo que hacía, y casi sin esfuerzo, con gesto maquinal, dejola caer sobre la cabeza de la vieja. Estaba agotado. Pero no bien hubo dejado caer el hacha cuando le volvieron las fuerzas.
Como siempre, estaba la vieja destocada. Sus ralos cabellos blancos, diseminados y distantes, grasientos y aceitosos, también como siempre, trenzados en forma de rabo de ratón y sujetos por un pico de peina, le formaban moño sobre la nuca.
Diole el golpe precisamente en la mollera, a lo que contribuyó la baja estatura de la víctima. En una de sus manos seguía aún teniendo la prenda. Él, a seguida, hiriola por segunda y por tercera vez, siempre con el revés del hacha y siempre en la mollera. La sangre brotó cual de una copa volcada, y el cuerpo desplomose hacia adelante en el suelo. Él se echó atrás para facilitar la caída y se inclinó sobre su rostro: estaba muerta.
Pronto la policía se pone a investigar el caso. El protagonista es interrogado por el comisario, que sospecha de él como uno de los autores del crimen e intenta sorprenderle con las preguntas.
El crimen deja al protagonista en gran confusión, se debate consigo mismo sobre si su acción ha sido buena o mala. Además no puede liberarse del sentimiento de culpa. Atormentado por el cargo de conciencia, le confiesa su crimen a su amiga Sonia, una muchacha pobre, pero muy buena, que se prostituye para sostener a su familia. Aconsejado por Sonia, Rodión se entrega a la policía.
-¡Sufrirás, sufrirás!… -Repetía ella en imploración desesperada, tendiéndole las manos.
-Es posible todavía que me haya yo calumniado -observó él sombríamente, cual recapacitando-. Quizá sea yo todavía un hombre, y no un piojo, y me haya juzgado con demasiada precipitación… Todavía lucharé…
Zumbona sonrisa asomó a sus labios.
-¡Qué tormento tan grande vas a sufrir! ¡Toda la vida, toda la vida…!
-¡Me acostumbraré… -Declaró él, adusto y pensativo-. Escucha -empezó, después de un minuto-; basta ya de llanto; es tiempo de obrar; yo vine a decirte que a mí, ahora, me andan buscando, me detendrán…
-¡Ah! -Exclamó Sonia asustada.
Las circunstancias del crimen hacen que no sea condenado a muerte, pero es enviado a trabajar a Siberia. Su hermana se casa con Rasumijin y su madre muere; Sonia visita a Raskolnikov en Siberia y se queda allí a esperar el fin de su condena, dentro de siete años.
Ella estuvo también todo aquel día emocionada, y por la noche volvió a recaer en la enfermedad. Pero era hasta tal punto dichosa, que casi le asustaba su felicidad. ¡Siete años, sólo siete años! Al principio de su felicidad, en algunos momentos, habrían estado dispuestos a considerar aquellos siete años como siete días. Él ni siquiera sabía que la vida nueva no se le había de dar gratuitamente, sino que tendría que comprarla aún cara, pagar por ella una gran hazaña futura… Crimen y castigo


contenido: 




  
madame bovary gustave flaubert MADAME BOVARY
El gran maestro del realismo, Gustave Flaubert, y su novela más característica, "Madame Bovary", una historia contada con enorme hondura en la temática abordada y un intachable retrato de ambientes y personajes, en especial su protagonista femenina, Emma Bovary, quien busca en el adulterio su desahogo existencial.
Por culpa de la publicación de esta obra, Flaubert tuvo que someterse a un pleito judicial, pues según sus inquisidores legales, el libro atacaba a la moral de la época. Naturalmente, el escritor francés fue declarado inocente y absuelto.
Leamos un fragmento:

Él no podía aguantarse sin tocar continuamente su peine, sus sortijas, su pañoleta; algunas veces le daba en las mejillas grandes besos con toda la boca, o bien besitos en fila a todo lo largo de su brazo desnudo, desde la punta de los dedos hasta el hombro; y ella le rechazaba entre sonriente y enfadada, como se hace a un niño que se te cuelga encima. Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y Emma trataba de saber lo que significaban en la vida las palabras felicidad, pasión, embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros......................



jueves, 6 de diciembre de 2012

CORRIENTES DE VANGUARDIA

                                                     DADAÍSMO














El Dadaísmo Literario
Dadaísmo
Schwitters, Merz. Pintura con arco iris (1939). Óleo, madera y madera contrachapada.

El dadaísmo, más que constituir un movimiento artístico concreto, trata de reflejar una disposición particular del espíritu, representa una negación intelectual violenta, un acto extremo de anti dogmatismo, por lo que se vale de cualquier medio para llevar adelante su batalla. Más que la obra, es el gesto lo que interesa a los dada ístas, gesto que va más allá de los puros canales de expresión artística para manifestarse en la política, en las costumbres, en la misma sociedad, siempre que este gesto sea entendido como provocación contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa u ortodoxia. De aquí que el escándalo fuera el instrumento preferido para hacer públicas sus acciones. El dadaísmo va más allá del puro significado o la simple noción de un movimiento artístico para llegar a proponer una forma de vivir. En el fondo, lo que desea su áspera polémica contra el arte y la literatura, entendidos como valores eternos del espíritu, es transformar todo lo que llamamos poesía en acción. También los dadaístas, mejor que nadie, tratan de unir estrechamente dos conceptos que andaban separados, arte y vida, y soldar cualquier ruptura que pueda diferenciarlos.

El dadaísmo de Zurich trató de llevar la protesta hasta las últimas consecuencias, hasta la negación absoluta de la razón, lo que le hizo renegar del arte en todas sus formas. Muchos de sus representantes se dedicaron posteriormente a la política, se aliaron a la revolución rusa o se alistaron en la acción revolucionaria alemana, siguiendo la Liga de Espartaco.

La primera Guerra Mundial, que tanto había excitado a los futuristas, provocó una reacción bastante opuesta en otro grupo de escritores y artistas que eligieron el nombre Dadá, palabra que en lenguaje infantil quiere decir caballito de cartón, pero al ser lenguaje infantil podía significar cualquier cosa. Estos escritores y artistas creían que una sociedad capaz de producir algo tan horripilante como la Primera Guerra Mundial era una sociedad malvada, cuya filosofía y cultura deberían destruirse totalmente, ya que estaba social y moralmente en bancarrota.

Sin duda, Dadá consiguió provocar el escándalo, pero en el aspecto positivo, y como muchos de los demás movimientos, hizo que la gente mirara las imágenes de una manera distinta. Las pinturas y los objetos Dadá obligaban al observador a poner en tela de juicio las realidades aceptadas y a reconocer el papel del azar y de la imaginación. Después de la guerra se celebraron en París varias exposiciones y los artistas Dadá entraron en contacto con André Breton, que se había convertido en el portavoz de otro movimiento, el surrealismo. Finalmente, hacia 1922, muchos de los artistas Dadá se habían comprometido con el surrealismo.



Tristán Tzara
Biografía
Tristán Tzara (1896-1963), ensayista y poeta francés nacido en Rumania y conocido principalmente por ser el fundador del movimiento dadaísta. Primero en Zürich y más tarde en París, Tzara escribió los primeros manifiestos del movimiento, en los que definía sus principios nihilistas. Alrededor de 1930 abandonó el pesimismo y la esterilidad propios del dadaísmo y se interesó por el surrealismo. Se unió a la Resistencia francesa durante la   II Guerra Mundial y una vez terminada la guerra desplazó su visión poética hacia los problemas más reales que amenazaban a la humanidad.

Tristán Tzara



martes, 27 de noviembre de 2012

ROMANTICISMO


EL ROMANTICISMO

Es un movimiento que apareció “como respuesta negativa a los valores postulados por el Neoclasicismo” (…) “El propio Romanticismo presentó dos periodos distintos: el primero, de toque liberador, alentó con su rebeldía las diversas luchas de independencia; el segundo, melancólico, triste, se propuso metas inalcanzables cuyo frustrante persecución prestó el movimiento al aire derrotista y evasivo tan cultivado por los románticos iníciales.” (Oseguera, 1996. P. 195)
CARACTERÍSTICAS.
“Abundan las actuaciones desenfrenadas y atrevidas” (Oseguera, 1996. P. 195)
“El ideal libertario fortificado con nacionalismo y subjetivismo favorece la indulgencia” (Oseguera, 1996. P. 195)
“Predomina el sentimiento sobre la razón, nutriendo aquel las expresiones del poeta” (Oseguera, 1996. P. 195)
“La naturaleza proyecta el ego el poeta” por lo tanto, prefiere paisajes” (Oseguera, 1996. P. 195)
“Los antihéroes favoritos son “el delincuente, el renegado, el guerrillero, la escoria nacional.” (Oseguera, 1996. P. 195)
“La naturaleza concuerda con el estado de ánimo”, un bosque con nieve puede representar un estado de ánimo triste, mientras que un prado floreado puede representar la felicidad” (Oseguera, 1996. P. 195)
“Mientras más exagerada sean las características del paisaje, personaje o comportamientos, mejor, porque así favorecen la sensación del individualismo y del poder ilimitado.” (Oseguera, 1996. P. 195)
EJEMPLO
UN CASTELLANO LEAL-

Duque de Rivas (Fragmento)
"Soy, señor, vuestro vasallo,
vos sois mi rey en la tierra;
a vos ordenar os cumple
de mi vida y de mi hacienda.
Vuestro soy, vuestra mi casa,
de mí disponed y de ella,
pero no toquéis mi honra,
y respetad mi conciencia.
Mi casa Borbón ocupe
puesto que es voluntad vuestra;
contamine sus paredes,
sus blasones envilezca,
que a mí me sobra en Toledo
donde vivir, sin que tenga
que rozarme con traidores
cuyo solo aliento infesta.
Y en cuanto él deje mi casa,
antes de tornar yo a ella,
purificaré con fuego
sus paredes y sus puertas."
Muy pocos días el duque
hizo mansión en Toledo
del noble conde ocupado
los honrados aposentos.
Y la noche en que el palacio
dejó vacío, partiendo
con su séquito y sus pajes orgulloso y satisfecho,
turbó la apacible luna
un vapor blanco y espeso
que de las altas techumbres
se iba elevando y creciendo.
Resonaron las campanas,
conmovió sé todo el pueblo,
de Benavente, el palacio,
presa de las llamas viendo.
Aún hoy, unos viejos muros,
del humo y las llamas negros,
recuerdan acción tan grande
en la famosa Toledo.





ROMANTICISMO
         Gabriela Mistral
Creo en mi corazón

Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.

Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!

Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo el franco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido

Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.

Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de la vida
de rojez o palor y que le ha hecho
veste encendida.

Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin fue acrecentando.
Creo en mi corazón, siempre vertido,
pero nunca vaciado.

Creo en mi corazón, en que el gusano
no ha de morder, pues mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de Dios terrible y fuerte.


Antonio Machado
Recuerdos
Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño ?¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!?

Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.

¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?

Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.

¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas,
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...

¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!

En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.

Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.


martes, 20 de noviembre de 2012




                                              LITERATURA  Y  CONTEMPORANEIDAD  I

CULTURAS  ANTIGUAS














                                                                 MESOPOTAMIA

Hace cinco mil años, un rey llamado Gilgamesh gobernó la ciudad mesopotámica de Uruk. Pronto se convirtió en héroe y dios, y sus gestas lo hicieron protagonista de la primera epopeya de la historia, centrada en su desesperada búsqueda de la inmortalidad. En ella aparece, por primera vez, el tema del diluvio universal.

Hace casi cinco mil años, un hombre gobernó Uruk: Gilgamesh. Prontó entró en la leyenda, convertido en protagonista de la primera epopeya de la historia, un dramático relato sobre la búsqueda de la inmortalidad. «Aquel que todo lo ha visto, que ha experimentado todas las emociones, del júbilo a la desesperación, ha recibido la merced de ver dentro del gran misterio, de los lugares secretos, de los días primeros antes del Diluvio. Ha viajado a los confines del mundo y ha regresado, exhausto pero entero. Ha grabado sus hazañas en estelas de piedra, ha vuelto a erigir el sagrado templo de Eanna y las gruesas murallas de Uruk, ciudad con la que ninguna otra puede compararse».
El escriba Sin-leqi-unnini («Dios Sin, acepta mi plegaria») acaba de trazar estas palabras en lengua acadia sobre una tablilla de barro fresco. Ahora cierra los ojos, como para ver mejor la espléndida Uruk y a ese poderoso héroe que ha viajado hasta los lugares más remotos y cuyas aventuras se dispone a narrar. Sin-leqi-unnini evoca las portentosas murallas de la ciudad y, dirigiéndose al lector, se aplica otra vez a escribir: «Mira cómo sus baluartes brillan como cobre al sol. Busca su piedra angular y, debajo de ella, el cofre de cobre que indica su nombre. Ábrelo. Levanta su tapa. Saca de él la tablilla de lapislázuli. Lee cómo Gilgamesh todo lo sufrió y todo lo superó». Así empieza la primera epopeya de la historia: el Poema de Gilgamesh. Sin-leqi-unnini quizás escribe hacia 1400 a.C. Pero no es el creador de la obra, aunque su mano le da forma definitiva. El relato que pone por escrito se hunde en la noche de los tiempos, más de mil años atrás. Hace aproximadamente unos seis milenios, en lo que hoy es Irak, se extendía la fértil llanura mesopotámica, atravesada por los ríos Éufrates y Tigris. En el sur de esa llanura, en el país de Sumer, se levantaba la imponente Uruk (la actual Warka), cuna de su todopoderoso rey Gilgamesh.
Por sus hechos y su fama, este personaje pasó muy pronto a lacategoría de mito, convertido en protagonista de un ciclo de poemas sumerios que cristalizaron en la magna composición que lleva su nombre. Sabemos que hacia 2700 a.C. existió un personaje, llamado Bilgames -luego escrito Gilgamesh-, que los más antiguos textos en escritura cuneiforme sitúan en Kullab, un barrio de Uruk, en calidad de sacerdote-rey. Gilgamesh también aparece en un famoso documento, la Lista real sumeria (redactada hacia 1950 a.C.), que atribuye la fundación de esta ciudad, emplazada en la orilla izquierda del Éufrates, al rey Enmerkar.
De acuerdo con la Lista, Gilgamesh perteneció a la dinastía I de Uruk: fue su quinto soberano, reinó 126 años y le sucedió su hijo Ur-lugal. A Gilgamesh se le atribuía la construcción de las poderosas murallas de la ciudad, según menciona una inscripción del rey Anam de Uruk, datada hacia 1825 a.C., y según recuerda también el Poema. Dichas murallas eran de estructura doble: una exterior, de la que tan sólo restan trazas en el suelo, y otra interior, de unos 9,5 kilómetros de longitud y cinco metros de espesor, reforzada con más de 900 torres semicirculares. Sin-leqi-unnini organizó el Poema en once cantos o tablillas. Este genial sacerdote, exorcista y escriba enriqueció el poema con otra narración sumeria que se ha hecho famosa: el relato del Diluvio.
Por fin, los escribas asirios del tiempo del rey Assurbanipal, en el siglo VII a.C., dieron al texto su forma canónica, añadiéndole la tablilla que hoy es la última. Esta versión fue archivada en la biblioteca del palacio del rey, en Nínive, descubierta en 1853 y cuyos materiales fueron enviados a Londres. Allí, en 1872, el joven investigador George Smith logró traducir las tablillas y fragmentos del Poema de Gilgamesh. A lo largo de las doce tablillas del Poema se perfila a Gilgamesh como un héroe mítico, de 5,60 metros de altura -el doble que el bíblico gigante Goliat-, compuesto en sus dos terceras partes de esencia divina, puesto que era hijo de Lugalbanda y de la diosa Ninsun, y que habla y se mueve entre los dioses como uno más de ellos.
Dos serán las premisas de su actuación: la búsqueda de la gloria, que intentará alcanzar junto a su amigo Enkidu (episodios narrados en las seis primeras tablillas), y, sobre todo, la búsqueda de la inmortalidad, que tiene lugar en un contexto narrativo sombrío, caracterizado por la soledad y el temor a la muerte (de la tabilla séptima a la decimoprimera). A todo ello se añadió la doceava y última tablilla referida al Más Allá, sin conexión con el relato anterior, pero que permite a Gilgamesh ver el mundo que le espera tras su muerte.




             


                                  LITERATURA  Y  CONTEMPORANEIDAD    I

CULTURAS  ANTIGUAS


MESOPOTAMIA    

POEMA  DE  GILGAMESH


                                                                 MESOPOTAMIA

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Hace cinco mil años, un rey llamado Gilgamesh gobernó la ciudad mesopotámica de Uruk. Pronto se convirtió en héroe y dios, y sus gestas lo hicieron protagonista de la primera epopeya de la historia, centrada en su desesperada búsqueda de la inmortalidad. En ella aparece, por primera vez, el tema del diluvio universal.

Hace casi cinco mil años, un hombre gobernó Uruk: Gilgamesh. Prontó entró en la leyenda, convertido en protagonista de la primera epopeya de la historia, un dramático relato sobre la búsqueda de la inmortalidad. «Aquel que todo lo ha visto, que ha experimentado todas las emociones, del júbilo a la desesperación, ha recibido la merced de ver dentro del gran misterio, de los lugares secretos, de los días primeros antes del Diluvio. Ha viajado a los confines del mundo y ha regresado, exhausto pero entero. Ha grabado sus hazañas en estelas de piedra, ha vuelto a erigir el sagrado templo de Eanna y las gruesas murallas de Uruk, ciudad con la que ninguna otra puede compararse».
El escriba Sin-leqi-unnini («Dios Sin, acepta mi plegaria») acaba de trazar estas palabras en lengua acadia sobre una tablilla de barro fresco. Ahora cierra los ojos, como para ver mejor la espléndida Uruk y a ese poderoso héroe que ha viajado hasta los lugares más remotos y cuyas aventuras se dispone a narrar. Sin-leqi-unnini evoca las portentosas murallas de la ciudad y, dirigiéndose al lector, se aplica otra vez a escribir: «Mira cómo sus baluartes brillan como cobre al sol. Busca su piedra angular y, debajo de ella, el cofre de cobre que indica su nombre. Ábrelo. Levanta su tapa. Saca de él la tablilla de lapislázuli. Lee cómo Gilgamesh todo lo sufrió y todo lo superó». Así empieza la primera epopeya de la historia: el Poema de Gilgamesh. Sin-leqi-unnini quizás escribe hacia 1400 a.C. Pero no es el creador de la obra, aunque su mano le da forma definitiva. El relato que pone por escrito se hunde en la noche de los tiempos, más de mil años atrás. Hace aproximadamente unos seis milenios, en lo que hoy es Irak, se extendía la fértil llanura mesopotámica, atravesada por los ríos Éufrates y Tigris. En el sur de esa llanura, en el país de Sumer, se levantaba la imponente Uruk (la actual Warka), cuna de su todopoderoso rey Gilgamesh.
Por sus hechos y su fama, este personaje pasó muy pronto a lacategoría de mito, convertido en protagonista de un ciclo de poemas sumerios que cristalizaron en la magna composición que lleva su nombre. Sabemos que hacia 2700 a.C. existió un personaje, llamado Bilgames -luego escrito Gilgamesh-, que los más antiguos textos en escritura cuneiforme sitúan en Kullab, un barrio de Uruk, en calidad de sacerdote-rey. Gilgamesh también aparece en un famoso documento, la Lista real sumeria (redactada hacia 1950 a.C.), que atribuye la fundación de esta ciudad, emplazada en la orilla izquierda del Éufrates, al rey Enmerkar.
De acuerdo con la Lista, Gilgamesh perteneció a la dinastía I de Uruk: fue su quinto soberano, reinó 126 años y le sucedió su hijo Ur-lugal. A Gilgamesh se le atribuía la construcción de las poderosas murallas de la ciudad, según menciona una inscripción del rey Anam de Uruk, datada hacia 1825 a.C., y según recuerda también el Poema. Dichas murallas eran de estructura doble: una exterior, de la que tan sólo restan trazas en el suelo, y otra interior, de unos 9,5 kilómetros de longitud y cinco metros de espesor, reforzada con más de 900 torres semicirculares. Sin-leqi-unnini organizó el Poema en once cantos o tablillas. Este genial sacerdote, exorcista y escriba enriqueció el poema con otra narración sumeria que se ha hecho famosa: el relato del Diluvio.
Por fin, los escribas asirios del tiempo del rey Assurbanipal, en el siglo VII a.C., dieron al texto su forma canónica, añadiéndole la tablilla que hoy es la última. Esta versión fue archivada en la biblioteca del palacio del rey, en Nínive, descubierta en 1853 y cuyos materiales fueron enviados a Londres. Allí, en 1872, el joven investigador George Smith logró traducir las tablillas y fragmentos del Poema de Gilgamesh. A lo largo de las doce tablillas del Poema se perfila a Gilgamesh como un héroe mítico, de 5,60 metros de altura -el doble que el bíblico gigante Goliat-, compuesto en sus dos terceras partes de esencia divina, puesto que era hijo de Lugalbanda y de la diosa Ninsun, y que habla y se mueve entre los dioses como uno más de ellos. 
Dos serán las premisas de su actuación: la búsqueda de la gloria, que intentará alcanzar junto a su amigo Enkidu (episodios narrados en las seis primeras tablillas), y, sobre todo, la búsqueda de la inmortalidad, que tiene lugar en un contexto narrativo sombrío, caracterizado por la soledad y el temor a la muerte (de la tabilla séptima a la decimoprimera). A todo ello se añadió la doceava y última tablilla referida al Más Allá, sin conexión con el relato anterior, pero que permite a Gilgamesh ver el mundo que le espera tras su muerte.



lunes, 19 de noviembre de 2012

LITERATURA Y CONTEMPORANEIDAD I





LITERATURA  Y  CONTEMPORANEIDAD  I            

BLOGGER   DEL  SEGUNDO  I 


CONOCIENDO UN POCO MÁS DE HISTORIA.

jueves, 15 de noviembre de 2012

LITERATURA Y CONTEMPORANEIDAD I

Para  los  alumnos  de  Literatura   y  Contemporaneidad   del   Grupo  I  de  Segundo  grado.

Mando  información  relacionado  con  el  Barroco. 
Leer,  analizar  y  realizar  un  Mapa  Conceptual  de  la  Corriente  del  Barroco.
Literatura española del Barroco                                     

Luis de Góngora.La Literatura española del Barroco es un periodo de creación literaria que abarca aproximadamente desde las obras iniciales de Góngora y Lope de Vega, en la década de 1580, hasta bien entrado el siglo XVIII. El siglo más característico del barroco literario español es el XVII, en el que alcanzan su cénit prosistas como Baltasar Gracián y Francisco de Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Juan Ruiz de Alarcón o la producción poética de los citados Quevedo, Lope de Vega y Góngora.Las características fundamentales de la literatura barroca española son la progresiva complejidad en los recursos formales y una temática centrada en la preocupación por el paso del tiempo y la pérdida de confianza en los ideales neoplatónicos del Renacimiento. Asimismo, es de destacar una variedad y diversidad en los asuntos tratados, la atención al detalle y el afán de atraer a un público amplio, de lo que es ejemplo el auge de la comedia nueva lopesca. De la preocupación sensual dominante en el siglo XVI se pasa a un énfasis en los valores morales y lo didáctico, donde confluyen dos corrientes: el neoestoicismo y el neoepicureísmo. El Criticón de Gracián supone un punto de llegada en la reflexión barroca sobre el hombre y el mundo, la conciencia del desengaño, un pesimismo vital (pero no exento de esperanza) y una crisis de valores general.Los géneros se mezclan, convive en Góngora la poesía lírica de estilo sublime de la Fábula de Polifemo y Galatea que hace virtud de la dificultad, con romances y letrillas satírico burlescas, de amplia difusión popular y las dos corrientes se hibridan en la Fábula de Píramo y Tisbe; Quevedo cultiva los poemas metafísicos y morales más trascendentes, al tiempo que escribe sobre asuntos de carácter bajo y hasta chocarrero (Gracias y desgracias del ojo del culo).El teatro barroco español configura una escena popular y que ha perdurado como producción clásica para el teatro futuro. Los dramas filosóficos de Calderón de la Barca, de los que es ejemplo sobresaliente La vida es sueño, suponen un cénit en la producción dramática española y, como toda la literatura barroca, se inscribe en una época de esplendor que recibe el nombre genérico de Siglo de Oro.El Barroco español se produce en medio de los llamados Siglos de Oro de la literatura española. España estuvo gobernada en ese lapso por tres monarcas: Felipe II, Felipe III y Felipe IV, gobernando este último hasta 1665. Felipe II, hijo y sucesor de Carlos V del Sacro Imperio Romano y I de España, por abdicación de este, tomó posesión del trono español en 1556.Durante la centuria anterior a esta, España había alcanzado su mayor unidad y extensión territorial. Por herencias, conquistas, convenios diplomáticos o matrimonios reales, llegaron a estar sometidas al cetro de Carlos V, Nápoles y Sicilia; Flandes, Alemania, Hungría y Portugal, aparte de las nuevas y ricas tierras de América. Por el contrario, a Felipe III y Felipe IV les tocó perder una a una todas las tierras europeas. Esto ocasionó graves problemas, religiosos, políticos, internos e internacionales.El siglo XVII es muy peculiar en cuanto a arte se refiere. Durante este siglo gobernaron en España los Austrias menores, con en válidos o favoritos, y en muchos aspectos hay una «medievalización» de la vida española.Felipe III (1598-1621) hereda un gran imperio en bancarrota, pero también la enemistad con Inglaterra y los Países Bajos. El privado duque de Lerma traslada la Corte a Valladolid en 1600; seis años más tarde regresa a Madrid. Firma la paz con Inglaterra en 1604 y una tregua con los Países Bajos (1609-1621). Expulsa de la Península a los moriscos (1609), que generalmente trabajaban en el campo, lo que empobrece la agricultura y comercialmente el país.
                                                          
Felipe IV de EspañaAl duque de Lerma lo sucederá el duque de Uceda. España interviene en la Guerra de los Treinta Años. Los nobles aumentan su poder, mientras la economía se estanca y se sustituyen las monedas de cobre en lugar de las de oro y plata.Felipe IV otorga el poder al conde-duque de Olivares, quien trata de mantener la supremacía española frente a Francia en la guerra iniciada en 1635, y el dominio en los Países Bajos.
La presión fiscal y el descontento político general provocan la sublevación de Portugal, Cataluña, Aragón, Navarra y Andalucía. Se inaugura el palacio del Buen Retiro, donde se celebrarán numerosas fiestas palaciegas.El conde-duque fue sustituido por Luis de Haro; en su destitución influyó una monja, sor María de Jesús de Ágreda, consejera del rey. En 1648 España firma el Tratado de Westfalia, por el que pierde territorios en los Países Bajos y Holanda consigue su independencia.En 1659 pone fin a la guerra con Francia en la Paz de los Pirineos. La pobreza, las epidemias y los elevados impuestos provocan un alarmante descenso de la población y la migración del campo a la ciudad; muchas zonas quedan despobladas, lo que perjudica a la economía nacional.                                                              
Carlos II de España.Carlos II (1665-1700) es el último de los Austrias menores. Hereda el trono a los cuatro años, por lo que lo regenta su madre Mariana de Austria, ayudada por una junta de notables.
Fue un rey débil y enfermizo, lo que le valió el apelativo de Hechizado. No dejó descendencia a ninguna de sus dos mujeres, lo que favoreció que los monarcas europeos se sintiesen atraídos por el territorio español y quisiesen repartírselo, incluso antes de su muerte.Durante su reinado Portugal (anexionado a España durante el reinado de Felipe II en 1580) logra la independencia. Las continuas guerras con Francia evidencian aún más la decadencia de España ante el poderío de aquella nación. Con Carlos II sin descendencia, nombra como heredero a Felipe de Anjou, futuro Felipe V, nieto del francés Luis XIV, lo que dio origen a la Guerra de Sucesión española.Características del BarrocoEl Barroco se caracteriza por lo siguiente:
  • Pesimismo: El Renacimiento no consiguió su propósito de imponer la armonía y la perfección en el mundo, tal y como pretendían los humanistas, ni había hecho más feliz al hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían estando presentes; el dolor y las calamidades eran comunes en toda Europa. Se instala un pesimismo intelectual, cada vez más acentuado, unido al carácter desenfadado de que dan testimonio las comedias de aquella época y las truhanerías en que se basan las novelas picarescas.
                                                                
La Danza de la Muerte. Monumento a Calderón, Madrid.
  • Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso de España, el poder político estaba desvaneciéndose, el desengaño continúa y surge en la literatura, que en muchos casos recuerda a la de dos siglos antes, con la Danza de la Muerte o las Coplas a la muerte de su padre de Manrique. Quevedo dice que la vida está formada por «sucesiones de difunto»: en ellas se van convirtiendo los nacidos, desde los pañales hasta la mortaja con la que se cubren los cuerpos exánimes. En conclusión, nada tiene importancia, sólo hay que conseguir la salvación eterna.
  • Preocupación por el paso del tiempo
  • Pérdida de confianza en los ideales renacentistas
Actitud de los escritoresAnte la crisis barroca, los escritores españoles reaccionan de varias maneras:
  • Evadiéndose: Tratan de desentenderse de la realidad, y lo hacen cantando hazañas o viejas glorias del pasado, o bien presentan un mundo ideal en que los problemas se resuelven debidamente y triunfa el orden. Este es el caso del teatro de Lope de Vega y sus seguidores. Otros, sin embargo, prefieren refugiarse en el mundo del arte y de la mitología, como es el caso de Góngora.
  • Satirizando la realidad: Otro grupo de escritores opta por burlarse de la realidad, como Quevedo, Góngora en algunas ocasiones y la novela picaresca.
  • Con estoicismo: Exponen su queja sobre la vanidad del mundo, la fugacidad de la belleza y de la vida, la fama transitoria. El máximo exponente de esta actitud fue Calderón de la Barca en los autos sacramentales.
  • Moralizando: Critican los defectos o vicios proponiendo modelos de conducta acordes con la ideología política y religiosa de su época. Sus principales exponentes son la prosa narrativa y doctrinal de Gracián y Saavedra Fajardo.
La prosa del siglo XVIIMiguel de CervantesArtículo principal: Miguel de Cervantes.La narrativa del XVII se abre con la figura de Miguel de Cervantes, quien en 1580 vuelve a España tras diez años de ausencia.Su primera obra impresa fue La Galatea, (Alcalá de Henares, 1585). Es una novela pastoril (véase lo dicho sobre ella en el Renacimiento) en seis libros de verso y prosa, según el modelo de la Diana de Montemayor; si bien se rompe con la tradición al introducir elementos realistas, como el asesinato de un pastor, o la agilidad de ciertos diálogos.En 1605 publica El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, con éxito inmediato.En 1613 aparecen las Novelas ejemplares, colección de doce novelas cortas que buscan una ejemplaridad, aunque ésta no siempre quede clara.La siguiente prosa cervantina fue El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), segunda parte del Quijote.En 1617, un año después de morir Cervantes, aparecen Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Se trata de una novela bizantina o novela griega, a imitación de Heliodoro (s. III d. C.) y su Historia etiópica de Teágenes y Cariclea, que relata, en cuatro libros, cómo Periandro y Auristela viajan desde las tierras septentrionales de Noruega o Finlandia hasta Roma para recibir cristiano matrimonio. Como es típico de este subgénero, a lo largo del periplo sufrirán peripecias o trabajos: la cautividad entre bárbaros, los celos de pretendientes de ambos amantes... La obra aprovecha recursos de las Novelas ejemplares, especialmente de las italianizantes, como el enredo, las confusiones, disfraces, etc.La prosa de Quevedo Francisco de Quevedo.                                       

Francisco de Quevedo redacta hacia 1604 su primera obra en prosa de ficción: la novela picaresca titulada Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños.
Además, Quevedo cultivó la prosa satírica, política y moral en obras en que domina una moral estoica, de raigambre senequista y tratan asuntos como la crítica de arquetipos de la sociedad del barroco, la presencia constante de la muerte en la vida del hombre y el celo cristiano con que ha de conducirse la políticaDe 1605 data el primero de sus Sueños: El Sueño del Juicio narra la resurrección de los muertos, que responden de su vida. Es una sátira contra profesiones o estados sociales: juristas, médicos, carniceros...En 1619 escribe la Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás, tratado político en el que expone una doctrina de buen gobierno o espejo de príncipes para un rey justo, que debe tener como modelo de conducta a Jesucristo. Es un tratado que se encuadra en la línea del antimaquiavelismo español, y propone una política exenta de intrigas y ajena a las malas influencias.Hacia 1636 concluye Quevedo su última gran prosa satírica, quizá de 1632: La hora de todos y la Fortuna con seso, inédita hasta 1650. En ella Júpiter le pide a la Fortuna que adjudique por una hora a cada uno lo que verdaderamente merece. Ello conduce a ver las falsas apariencias, la otra cara de la realidad y la verdad oculta tras los velos de la hipocresía, operando por antítesis. Así se da la paradoja de que los médicos son en realidad verdugos, los ricos, pobres pero ladrones, y, en definitiva, se presencia una galería de tipos sociales, oficios y estados que es satirizada implacablemente.
Mateo Alemán.El Marco Bruto (1644) surge de glosas o comentarios a la biografía que sobre este estadista latino escribió Plutarco en sus Vidas paralelas.Otros prosistas del barrocoLope de Vega, del que destacaremos las conocidas como Novelas a Marcia Leonarda (colección de novelas misceláneas, obras breves, de temática amorosa y técnica de enredo, que mezclan verso y prosa, ambientes exóticos -moriscos, judíos, etc.-, con erudición recargada y digresiones frecuentes y prolijas).
Mateo Alemán (Sevilla, 1547 - México, ¿1615?), autor de la novela picaresca Vida del pícaro Guzmán de Alfarache, editada en 1599, esta obra estableció el canon del género, alcanzó un éxito formidable en España y Europa, y fue conocida por antonomasia como El pícaro de Alemán, en 1604 publicó en Lisboa, y la segunda parte del Guzmán de Alfarache. El éxito europeo de su obra fue formidable; se tradujo casi de inmediato al italiano en las prensas venecianas de Barezzi en 1606; en alemán se publicó en Múnich en 1615; J. Chapelain tradujo las dos partes de la novela al francés y las publicó en París en 1620; dos años después se estampaba en Londres la versión inglesa de James Mabbe que, en un prólogo extraordinario, dice del pícaro Guzmán que era «semejante al navío, que anda dando bordes en la ribera, y nunca acaba de tomar puerto»
Luis de MolinaAlonso de Castillo Solórzano (1584- antes de 1648), natural de Tordesillas (Valladolid), fue un novelista muy popular, autor de La niña de los embustes Teresa de Manzanares (1632), Aventuras del Bachiller Trapaza (1637) y La garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas (1642). Obras de corte picaresco en las que se mezclan novelas, poemas y algún entremés, como ya hemos visto en Lope de Vega.
No sin razón se considera a la madrileña María de Zayas y Sotomayor (1590-1661) segunda novelista del siglo, después de Cervantes. En 1637 aparecen sus Novelas amorosas y ejemplares, colección de diez relatos en que la temática erótica crea situaciones conflictivas y sorprendentes.Seguidor de Francisco de Quevedo y sevillano fue Luis Vélez de Guevara (1579-1644), autor de El diablo cojuelo (1641), sátira social acompañada de figuras alegóricas.La mitad del siglo se cierra con la Vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor (Amberes, 1646). Narra su vida (1608-1646) como criado de muchos amos y soldado en varias ocasiones. Presenta rasgos de la picaresca: estafas, peleas, engaños, borracheras, robos y prostitución.La prosa filosófica brilla con Luis de Molina (1535-1600), iluminado establecido en Roma. Su doctrina apodada molinosismo tuvo una gran repercusión e influencia en los pensadores y escritores barrocos posteriores a él. Su pensamiento mezcla los principios de la religión con una elaborada filosofía moral.Baltasar Gracián
Baltasar GraciaLa obra más importante de la segunda mitad de siglo es El Criticón (1651-1657) del jesuita aragonés Baltasar Gracián (1601-1658). Con ella, la novela española se resuelve en conceptos o abstracciones. La idea se impone sobre la figura concreta. Se trata de una novela filosófica escrita en forma de alegoría de la vida humana.Gracián cultivó la prosa didáctica en tratados de intención moral y de finalidad práctica, como El Héroe (1637), El Político don Fernando el Católico (1640) o El Discreto (1646). En ellos crea toda una serie que ejemplifica el varón modélico, prudente y sagaz, y las cualidades y virtudes que le deben adornar.El Oráculo manual y arte de prudencia es un conjunto de trescientos aforismos para triunfar en el complejo mundo en crisis del siglo XVII. Ha conseguido un reciente éxito editorial, al vender una versión de este denso tratadito al inglés más de ciento cincuenta mil ejemplares, como manual de autoayuda para ejecutivos.También escribió una retórica de la literatura barroca, que partía de los textos para replantear los tropos de la época, al no ajustarse ya a modelos consabidos. Es un tratado sobre el concepto, que define como «un acto del entendimiento que expresa la correspondencia que se halla entre los objetos». Es decir, concepto es toda asociación entre ideas u objetos. A su clasificación y disección dedica Gracián su Arte de ingenio, tratado de la agudeza (1642), ampliado y revisado en el posterior Agudeza y arte de ingenio (1648).El estilo de Gracián es denso y polisémico. Está construido a partir de sentencias breves, que contienen abundantes juegos de palabras y asociaciones ingeniosas de conceptos.Su actitud ante la vida es desengañada, como corresponde a la decadencia de la sociedad española. El mundo se configura como un espacio hostil y lleno de engaños y apariencias, que imperan sobre la virtud y la verdad. El hombre es un ser interesado y malicioso. Muchos de sus libros son manuales de comportamiento que permitan al lector salir airoso pese a la malicia de sus semejantes. Para ello debe ser prudente y sabio, aprender de la experiencia vital y conocer las intenciones de los demás, hasta el punto de comportarse «a la ocasión» y «jugar del» disimulo.Gracián es reconocido como precursor del existencialismo. Influyó también en los moralistas franceses, como La Rochefoucauld, y en el siglo XIX en la filosofía de Schopenhauer.El teatro.

Tirso de MolinaLas representaciones teatrales de esta época se efectuaban en sitios abiertos, plazas o corrales fijos: los corrales de comedias. Comenzaban alrededor de las dos de la tarde y duraban hasta el anochecer. No había, por lo común, asientos y los espectadores permanecían de pie toda la representación. La nobleza ocupaba los balcones y ventanas de las casas que rodeaban la plaza o daban al corral, y las damas asistían al espectáculo con la cara cubierta con máscaras o tras las celosías. La función comenzaba con la ejecución en guitarra de una pieza popular; en seguida se cantaban canciones acompañadas con diversos instrumentos. Venía luego, la loa, especie de explicación de los méritos de la obra y síntesis de su argumento. Daba comienzo la comedia u obra principal, y en los entreactos se ejecutaban bailes o se representaban entremeses.El escenario era un simple tablado y la decoración una cortina. Los cambios de escena eran anunciados por uno de los actores.

Lope de VegaEscribía la comedia el poeta, bien pagado por el autor -actual director- a quien cedía todos los derechos sobre la obra representada o impresa para modificar el texto. Las obras duraban en cartel tres o cuatro días, o (con excepciones) quince para una comedia de éxito.Juan de la Cueva, en la segunda mitad del siglo XVI, introduce dos elementos de gran importancia para el auge de esta producción artística: la ética popular, que dio origen a las comedias de carácter histórico nacional, y la libertad de componer obras dramáticas teniendo en cuenta el gusto del público. Lope de Vega y Tirso de Molina llevaron a su plena realización estas características.                                                     

Guillén de CastroA finales del siglo XVI crea Lope de Vega la comedia nacional: a una acción de tema amoroso se superpone otra histórica o legendaria, morisca, de cautivos, o religiosa. Concluía con un final feliz. Construida sobre tres jornadas, la redondilla o la décima se usan en diálogos, el romance en narraciones, el soneto en monólogos y el terceto en situaciones graves.De 1609 es el Arte nuevo de hacer comedias, defensa jocosa de su teatro. Muestra desprecio por la rígida interpretación que los preceptistas -sobre todo italianos- del Renacimiento habían hecho de las ideas aristotélicas sobre el teatro y propone como valores la naturalidad frente al artificio, la variedad frente a las unidades y el tomar en consideración el gusto del público.De entre su prolífica producción dramática destacaremos:

Juan Ruiz de AlarcónPeribáñez y el Comendador de Ocaña (1604-12) es una tragicomedia desarrollada en 1406, en Toledo: Peribáñez comprende que el Comendador de Ocaña le ha colmado de honores para acosar a su mujer. Tras matarlo gana el perdón real.
Hacia 1614 compondría Lope una de sus mejores tragicomedias: Fuenteovejuna. Siguiendo la Crónica de las tres órdenes... (Toledo, 1572) de Francisco de Rades, muestra los abusos del Comendador Fernán Gómez de Guzmán sobre los vecinos de Fuenteovejuna y sobre Laurencia, recién casada con Frondoso. El asesinato del Comendador por el pueblo y el perdón de los Reyes Católicos ante la evidencia rematan su acción. Se ve en ella una sublevación popular ante el abuso del poder, pero sólo refleja una injusticia puntual y subraya la sumisión al rey.El Caballero de Olmedo (h. 1620-25), tragedia de raíz celestinesca, basada en un cantar popular: Don Alonso muere a manos de don Rodrigo, celoso de perder a doña Inés. 
Calderón de la BarcaEl mejor alcalde, el Rey vuelve sobre la dignidad campesina: Don Tello, soberbio noble, abusa de Elvira, prometida del campesino Sancho. Alfonso VII restaura su honra, casándola con don Tello, a quien ajusticia, para desposar a la ya noble viuda, con Sancho.
Guillén de Castro fue un dramaturgo español, considerado como el más importante de fines del siglo XVI y uno de los más señeros de la comedia nueva lopesca, desarrollada a partir de la irrupción en el teatro de Lope de Vega. Sus obras, en especial Las mocedades del Cid influenciaron a otros dramaturgos franceses posteriores. Cabes destacar la importancia de otros dramaturgos de alta categoría, tales como Juan Ruiz de Alarcón. Son sus obras maestras, La verdad sospechosa, que inspiró Le menteur de Pierre Corneille y El mentiroso de Goldoni, y Las paredes oyen. El examen de maridos tiene concomitancias con El mercader de Venecia de William Shakespeare, porque se inspiran ambas en una fuente común italiana.El otro gran dramaturgo del XVII fue Pedro Calderón de la Barca (1600-1681). Su obra más famosa es La vida es sueño (1635), drama filosófico que presenta a Segismundo, hijo del rey de Polonia, encadenado en una torre, por los fatídicos pronósticos de los astrólogos reales. Mientras, Rosaura reclama en la Corte su honor robado por el duque Astolfo. Éste corteja a Estrella para ser rey. La agresividad de Segismundo estalla al liberarlo de su torre, adonde vuelve, encadenado, creyendo haber soñado su experiencia de libertad. Cuando un motín lo rescata otra vez, su albedrío vence las predicciones: domina su condición, casa a Rosaura con Astolfo y acepta la mano de Estrella. El orden queda establecido. El drama acaba con el final esperado para un público de mentalidad y cultura barroca.El garrote más bien dado pudo estrenarse en 1636 o 37. Se imprime en 1651. Desde 1683 recibe el título de El alcalde de Zalamea. Presenta la violación de Isabel, hija de Pedro Crespo, por el capitán Álvaro de Ataide. Nombrado alcalde Pedro Crespo, lo ajusticia. El rey escucha su defensa y le da la razón. Este drama costumbrista o de honor sigue el tema tan lopesco de la honra del villano.
Además de estas obras, Pedro Calderón de la Barca, ha contribuido a la literatura española con un gran número de Autos Sacramentales.