lunes, 27 de octubre de 2014

CULTURA CHINA



                                                   Pies Vendados - Una tradición pérdida de la antigua [/u]China ...



                            Pies de loto" o la antigua costumbre china de vendar los pies



Pies vendados y pies normales
Tengo que decir que  nunca he visto una mujer con los pies vendados en China. Seguramente porque está prohibido y porque me imagino que, si queda alguna, será en la alguna zona rural remota. Hace bastantes años vi a una anciana china con los pies vendados en Chinatown, en San Francisco. Se me ocurre que no se los habían vendado en esta ciudad durante su infancia sino que procedía de "mainland China".

Los llamados "Pies de loto", deformados tras un doloroso proceso de vendaje que se iniciaba en la infancia y acababa en la pubertad, eran un símbolo de belleza, erotismo, sumisión y castidad en China.

Los pies de loto no debían sobrepasar los 9 cm de longitud. Debían ser delgados, pequeños, agudos, curvos, fragantes, suaves y simétricos.

El modo de caminar de las mujeres chinas con los pies vendados era considerado tremendamente erótico. Pero también existe la teoría de que los pies femeninos no se vendaban con fines estéticos, sino con el fin de garantizar que las esposas permanecieran aisladas en sus casa y que se comunicaran sólo con su familia. El Confucianismo, con su énfasis en mantener el orden y la castidad dentro de la familia, contribuyó a popularizar esta costumbre.
Imagen: http://wandawolf.blogspot.com/2009/12/los-pies-vendados.html
En cualquier caso, la costumbre se generalizó primero entre las damas de alto rango social, para luego extenderse a otros ámbitos de la sociedad, pasando de un capricho a una terrible imposición. Los pies pequeños eran considerados como la máxima expresión de sensualidad: el encanto por excelencia en una mujer. Cualquier joven con los pies pequeños tenían las mejores perspectivas de un matrimonio ventajoso y las prostitutas con los pies vendados solían atraer a los clientes más ricos. A las mujeres de las clases trabajadoras no se les vendaban sus pies porque tenían que salir a trabajar. Tampoco los vendaban las mujeres de la etnia Hakka
                               Imagen: http://spanish.china.org.cn/photos/txt/2008-10/08/content_16581772_7.htm
                         
Imagen: Flick user Northampton Museum
ORIGEN DE LA COSTUMBRE DE "PIES DE LOTO"
Según una leyenda china del siglo X, el emperador Li Yu ordenó a su concubina favorita vendarse los pies con cintas de seda y bailar sobre una plataforma que tenía esculpida una flor de loto. Lo cierto es que las bailarinas de palacio empezaron a vendar sus pies en el siglo X con el objetivo de destacar la gracia de sus movimientos. De la corte se extendió a las clases altas y en el siglo XVI se popularizó por todo el territorio chino.
   

Era la madre quien iniciaba el ritual de los pies vendados cuando la hija contaba solamente cinco o seis años, siempre y cuando pudieran permitirse tener una hija sin trabajar fuera de casa. Generalmente, elegían a la mayor.

El vendaje de pies implicaba 4 etapas y su duración era de aproximadamente 3 años:

La primera etapa. Después de consultar a los astros madre e hija se encerraban en la habitación para cortarle la uñas a la niña y vendarle los pies. Los vendajes, después de que fueran apretados, se cosían y se le colocaba a la niña un par de zapatos puntiagudos que se iban cambiando cada dos semanas por otros más pequeños.  En esta primera etapa, las niñas podían caminar pero sólo trechos muy cortos.
Imagen: http://www.canopiaitinerarios.com/itinerario/sabias-que/CNP1038
La segunda etapa que se extendía durante más de medio año. El objetivo en esta etapa era conseguir un pie más fino y estrecho. Durante este tiempo los pies supuraban y soportaban un fuerte dolor. Cada tres días, se retiraban las vendas, se desinfectaban los pies y se volvían a vendar cada vez más fuerte para ir formando la curva deseada.

La tercera etapa que consistía en doblar el talón sobre la planta. Durante esta etapa, los músculos se contraían y la carne se pudría. Los dedos que, en etapas previas se habían doblado sobre la planta, están ahora prácticamente muertos. Especialmente los dedos del pie que se doblaban debajo de la planta. En muchas ocasiones, el dedo meñique podía desprenderse del pie.

La última etapa.  En ella se pretendía aumentar el arco del pié con un bambú tensado. Este proceso llevaba cerca de seis meses.
                       Imagen: http://spanish.china.org.cn/photos/txt/2008-10/08/content_16581772_17.htm
En el siglo XIX, la emperatriz Cixi (1) después de la Revolución de los Bóxer intentó prohibir esta costumbre, pero fue realmente para contentar a las potencias extranjeras y fue revocada poco después.

(1) La emperatriz viuda Cixí o Zishí (29 de noviembre de 1835 - 15 de noviembre de 1908) ejerció el poder efectivo desde el año 1861 hasta su muerte en 1908, habiendo desempeñado entre otros el cargo de regente. Ver: http://caxigalinas.blogspot.com.es/2012/06/la-emperatriz-cixi-y-el-ultimo.html

Imagen:  Peter Newark Historical Picutes
Imagen: http://24.media.tumblr.com/tumblr_lwdmsfw9x51r8vrhxo1_1280.jpg
En 1912, después de la caída de la dinastía Qing, el ejecutivo de la República de China prohibió el vendaje de los pies femeninos. A pesar de la prohibición, se siguió realizando en la clandestinidad especialmente en las zonas montañosas. La prohibición fue más efectiva a partir de 1949 cuando Mao Zedong proclamó la República Popular de China.
Imagen: http://www.americaspodiatrist.com/2009
           Pie normal y pies vendados. Imagen: http://en.wikipedia.org/wiki/Foot_binding

"EL ABANICO DE SEDA" de Lisa See
Este estupendo libro, que cuenta la historia de dos amigas -una pobre y otra rica- explica con todo lujo de detalle el proceso de vendaje en la China medieval. Merece la pena leerlo si no lo habéis hecho.

GUERRA DE TROYA

       


                       

                                                    Guerra de Troya



                                               Orígenes de Paris

París llegó a ser el más bello, el más diestro y el más bravo de los pastores frigios. Oenona, ninfa de los bosques, prendóse de él y llegó a ser su esposa; su unión fue feliz mientras vivieron ignorados y solitarios. La celebridad alcanzada por París, fue el peor escollo para su dicha: tomó parte en los juegos públicos de Troya y triunfó de sus rivales, siendo reconocido por Príamo y acogido en palacio.


                                          La manzana de la Discordia 


Habiendo sido invitados los dioses y las diosas, a las bodas de Tetis y Peleo, solamente la Discordia fue excluida del festín, por temor a que sembrase el desorden y la disidencia. Esta afrenta la hirió en lo más vivo y de ella se vengó hábilmente. Al final de la comida aparecióse la diosa envuelta en una nube y arrojó sobre la mesa una manzana de oro que llevaba grabadas estas palabras: A la más hermosa. Y aquí principió la discordia.


El juicio de Paris

                                                    
                                                   http://iaenus.zoomblog.com/cat/10776

Paris fue llamado a actuar de juez entre las tres diosas que pusieron en juego todas las seducciones posibles para tenerlo favorable. Hera le prometió riquezas, Atenea la gloria de las armas y Afrodita que le daría la más bella mujer del mundo. Afrodita fue la preferida y en medio de los aplausos del Olimpo obtuvo el premio de la belleza. Celosas y humilladas sus rivales, resolvieron perder a París, a su familia y a toda la nación troyana.

Paris en busca de Helena



Afrodita, que había prometido a París concederle la mujer más hermosa que en el mundo hubiera, eligió a Helena, hija de Tíndaro y esposa de Menelao, que vivía felizmente con su esposo en su palacio de Esparta.

Ningún obstáculo detiene a Paris: Afrodita le guía y le ayuda. Parte con un lujoso bajel; llega a Esparta y desembarca en medio del más suntuoso aparato. Una gracia divina resplandece en su persona. El monarca lacedemonio le recibe en su corte con todas las demostraciones de afecto: le destina la más rica de las habitaciones y en ella es servido por veinte esclavos atentos a satisfacer sus menores deseos. En medio de las fiestas Paris no olvida un momento su proyecto y, para agradar a Helena, emplea las palabras más amables, las miradas más afectuosas, los más asiduos y obsequiosos cuidados.


Entre tanto Menelao se ve obligado a marchar a la isla de Creta por un asunto importante, deja a su esposa y se embarca.

El rapto de Helena

Al hallarse Paris solo al lado de Helena le abre su corazón y la conjura a que parta con él para Troya, su ciudad natal. Ella no sabe ya resistir a aquel en quien no halla sino encantos y parte con él, renuncia a su patria y abjura de sus sentimientos de esposa y de madre.


                                                        LOS PREPARATIVOS DE LA GUERRA


Menelao clama venganza

Al regresar Menelao y conocer el crimen del pérfido huésped, hace estremecer con sus gemidos todo el Peloponeso y la Grecia. Los capitanes, los príncipes y los reyes vecinos enardecidos por la palabra vibrante de Menelao y ardiendo en deseos de vengar tan vergonzosa ofensa, reúnen en Beocia y en el puerto de Aulis sus naves, sus corceles, sus armas y todos los aparatos de guerra y se obligan a permanecer unidos hasta que Troya haya sido tomada y destruida por completo.

El mando general de la armada es conferido a Agamenón, rey de Argos y de Micenas y a la vez hermano del príncipe ultrajado. Pero un prodigio inesperado se opone a la partida de las naves griegas; en el mar no se advierte el más leve soplo de viento. Transcurren semanas y meses, la calma continúa y los remos agitan en vano las inmóviles ondas.

El sacrficio de Ifigenia

Piden consejo al adivino Calcas, que guarda silencio; al fin declara que es necesario aplacar la cólera de Artemisa ofreciéndole en sacrificio a Ifigenia, primogénita de Agamenón (en una cacería, Agamenón habla matado inconscientemente una cierva consagrada a Artemisa). «Solamente a este precio — profetiza Calcas, — los griegos podrán abrirse camino por el mar y destruir los muros de Ilion.»

Aterrado Agamenón al conocer el terrible oráculo y dispuesto a no permitir que su hija sea inmolada, ordena a Taltibio, uno de sus heraldos, que convoque a los jefes de la armada y les anuncie que no se celebrará la proyectada expedición; y que, por consiguiente, pueden regresar a su patria. Menelao, Ulises y el arrebatado Ayax no pueden soportar la idea de que Helena sea abandonada en manos de los troyanos y retornar vergonzosamente a sus hogares: ruegan y conjuran a Agamenón, halagan su orgullo, le hacen ver los laureles que le esperan y el esplendor inmortal que recaerá sobre su nombre: ¿acaso sería él capaz de avenirse a ser pasto de las habladurías de toda la Grecia y objeto de la burla de sus enemigos?


Los sentimientos del amor paternal ceden poco a poco a los de la gloria militar; la ambición ahoga la voz déla naturaleza. Agamenón accede al sacrificio que se le exige. Ifigenia no se hallaba entonces en Aulis; habla quedado en Micenas al lado de su madre Clitemnestra con sus dos hermanas y Orestes. Para darle motivo de que viniera al campo, su padre fingió que antes que partiera la flota queríala desposar con el valiente Aquiles, con el que ya la unían fuertes lazos de amor.

Al recibir la noticia, el corazón de Ifigenia se inunda de gozo, pero al llegar a Aulis y conocer la horrible verdad, desfallece ante la idea de la suerte que le espera; corre a su padre en demanda de compasión; se vale de todos los medios para moverle a clemencia y viéndole inexorable determina emprender la fuga con su madre.

Considerando después los triunfos que se seguirían de su muerte, acepta resignada su destino; ella misma hace los preparativos de su sacrificio y marcha con paso firme hacia el bosque sagrado de Artemisa donde Calcas le espera. Este ciñe con una corona la cabeza de la victima; invoca a los dioses y señala el lugar donde ha de descargar el hierro fatal. Cae el hacha y todos perciben claramente el golpe; pero en el mismo instante Ifigenia desaparece sin dejar rastro de su huida, mientras ocupa su sitio una cierva de corpulencia extraordinaria y belleza excepcional, tendida en el suelo y palpitante aun. Este prodigio enardece el valor de los griegos; el viento sopla favorable y se hacen a la vela.
















  

                                                                                 LA GUERRA

Comienza el sitio de Troya.                                  El bando troyano.

Troya, sitiada por millares de combatientes, estaba defendida por Héctor, hijo de Príamo, Eneas, hijo de Anquises, Memnón, Polidamante, Euforbo, Sarpedón, rey de Licia, y otros ilustres guerreros.

París no está a la altura de la circunstancias.

Paris, que  había jurado a Helena mostrarse tan valiente como amante, no mantuvo en todo momento la reputación de bravura que en su juventud había adquirido. Los placeres de una corte opulenta le habían enervado.

Un día, empero, que los dos ejércitos se hallaban frente a frente, Paris avanza a la cabeza de los batallones frigios cubierto con una piel de leopardo, armado con un arco y una espada y provoca valientemente a los más bravos capitanes griegos; pero cuando ve que Menelao acude a luchar con él, se estremece de miedo y corre a refugiarse en lo más denso de las falanges.

Reanimado por los reproches de Héctor, preséntase de nuevo a combatir contra su adversario, y éste más fuerte o más diestro, estaba ya a punto de triunfar, cuando Afrodita acude en auxilio de su protegido, le envuelve en una nube y lo transporta a su palacio junto a Helena. En otros encuentros mostró más valentía o fue más afortunado.


Kylix del 485 aC. Menelao, espada en mano, persigue a Paris, que huye y recibe la ayuda de Ártemis y Afrodita.




                                                             Cómo acabó la vida de Paris.

Herido, finalmente, por Filoctetes, y sintiéndose próximo a la muerte, mandó que le transportasen al monte Ida, donde se hallaba Oenona, que movida a compasión ante sus sufrimientos y pesares empleó todos los recursos del arte para curarle, pero la flecha estaba envenenada y Paris expiró a los pocos días, cuando transcurría el año noveno del sitio de Troya. Oenona, demasiado sensible a la muerte de un marido veleidoso, se dejó consumir por la tristeza y su cuerpo bajó al sepulcro a reunirse con el de Paris.


Las gestas de Aquiles

Orígenes de Aquiles. El talón vulnerable.

AQUILES, hijo de la ninfa Tetis y de Peleo, nació en Ftia, ciudad de Tesalia; su madre, que quería hacerle invulnerable, descendió con él a los infiernos y le sumergió en las aguas de la laguna Estigia, olvidándose de sumergir su talón.

Educación de Aquiles.

Aquiles fue educado por el centauro Quirón, que le enseñó la música, la medicina y el arte de combatir y le infundió vivacidad y con fuerza alimentándole con tuétano de león.

Peleo confia la educación de Aquiles al centauro Quirón



Aquiles travestido.

Para impedir que marchara a Troya, donde debía encontrar su muerte, según había declarado el oráculo, Tetis le envió a la corte de Licomedes, rey de la isla de Esciros, vestido de mujer. Entre tanto, y como la ciudad de Troya no podía ser tomada sin la ayuda de Aquiles, Ulises fue a Esciros disfrazado de mercader y ofreció a las damas de la corte joyas y armas. Todas eligieron las joyas menos Aquiles que se decidió por las armas. Esta elección le delató. Viéndose obligada su madre a consentir su partida, le proveyó de un escudo fabricado por Hefaistos, dándole además cuatro caballos inmortales. Acompañábale su mejor amigo Patroclo y guiaba el carro su caballerizo Automedón.

Aquiles en Troya. 

Llegado que fue Aquiles ante los muros de Troya, desplegó extraordinario valor: venció a Telefo, rey de Misia, a Cycno, nieto de Poseidón, a Pentesilea, reina de las Amazonas, y a Troilo hijo de Príamo.



Aquiles toma a Briseida

Después de haber sitiado y tomado a Lyrnese, ciudad de Troade, pidió y obtuvo, como parte del botín, a Briseida, hija de Briseo, gran sacerdote de Júpiter. La belleza de la noble cautiva, su juventud y su talento cautivaron fácilmente el corazón del héroe.

Menelao le arrebata a Briseida 

Aquiles trataba a Briseida con todo el respeto y las atenciones que su rango merecía; esforzábase en aminorar su dolor y endulzar la amargura de sus pesares, habiendo conseguido hacerse amar por la cautiva, cuando Agamenón, jefe supremo del ejército, hombre caprichoso y soberbio, abusando de su poder, mandó a dos de sus oficiales que se apoderaran de Briseida y la condujeron a su tienda.



Aquiles para vengarse abandona el combate. 

Ultrajado Aquiles por tal afrenta, juró no pelear más por la causa de los griegos y se encerró en su tienda permaneciendo un año entero alejado del campo de batalla. Agamenón reconoció, al fin, lo injusto de su proceder y cuan necesario le era el brazo de Aquiles para poner fin a las victorias de Héctor, y devolvióle Briseida acompañada de ricos regalos. Pero era demasiado tarde; Aquiles se negó a aceptarla y permaneció obstinado en su negativa de luchar a favor de los griegos. Ni los ruegos de los generales, ni las reflexiones de Fénix, su viejo preceptor, ni las instancias de todos sus amigos pudieron determinarle a salir de su inacción .

Briseida

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A la izquierda, dos heraldos conducen a Briseida fuera de la tienda de Aquiles, quien permanece sentado, llevándose las manos a la cabeza en un gesto ritual de lamento, ante Patroclo.


El final de Patroclo

Patroclo siguió el ejemplo de su amigo, compartió su resentimiento y en adelante no apareció ya al frente de los batallones. Esta discordia era fatal para los griegos y no podía durar por más tiempo; las fervientes exhortaciones de Néstor decidieron a Patroclo a volver a su puesto de honor. Aquiles le prestó su coraza, su casco y su espada.

Stamnos s. V aC. Patroclo se viste con la armas de Aquiles, ante la mirada de éste




A la vista de las armas de Aquiles los enemigos llenos de espanto emprenden la retirada. Patroclo derriba todo lo que ante él se ofrece; Sarpedón muerde el polvo, los ejércitos troyanos se precipitan sobre la ciudad lanzando espantosos alaridos, pero Apolo tiene compasión de ellos y envía a Héctor contra Patroclo.

Héctor baja de su carro y comienza el ataque. Los dos héroes luchan con igual valentía. A su alrededor, troyanos y griegos, soldados y capitanes, se matan en confusión. Silban los dardos, las flechas vuelan por los aires y la tierra queda cubierta de cadáveres. En medio de la confusión general, Patroclo pierde su casco, su coraza y su espada, y ofrece a su adversario una victoria fácil: Héctor se lanza sobre él y le atraviesa de parte a parte.

Crátera del 500 aC. Muerte de Patroclo. Varios guerreros sostienen el cadáver de Patroclo, cubierto por una túnica, mientras que su alma, en forma de pequeño guerrero armado, vuela libre.


Aquiles reacciona ante la muerte de su amigo

Al saber Aquiles la muerte de su amigo no puede contener su rabia y siente renacer más ardiente que nunca su odio contra los troyanos. Toma sus armas y obliga a los enemigos a refugiarse, en confusión, dentro de las murallas. Solamente Héctor se niega a abandonar la lucha, no quiere retirarse con los otros generales y permanece ante la puerta Escea, esperando impaciente poder luchar con Aquiles cuerpo a cuerpo.

El combate de Aquiles con Héctor

Hécuba y Príamo, temiendo por la vida de su hijo, le llaman, le tienden los brazos y le conjuran a que entre en la ciudad: Héctor permanece sordo a sus palabras y a las súplicas de su esposa Andrómaca, espera a pie firme y sin inmutarse al temible hijo de Peleo. Aquiles se acerca esgrimiendo en su mano la formidable lanza.

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Despedida de Héctor y Andrómaca

Entáblase el combate que por momentos toma terribles proporciones. La victoria queda largo tiempo indecisa entre los dos rivales. De repente Aquiles se da cuenta que Héctor está desprovisto de coraza, dirige su lanza hacia el lugar que queda al descubierto y la clava en el pecho del troyano que rueda por tierra, inerte. Y vencedor, le despoja de sus armas, perfora sus talones y hace pasar una correa al través del sangriento agujero; ata el cadáver a su carro, dirige sus corceles hacia las murallas y por tres veces les da la vuelta (otros dicen que Héctor fue atado con un tahalí que !e había regalado Ayax ).

Aquiles se ensaña con el difunto Héctor.

No contento aun Aquiles con esta venganza, ordenó que el cuerpo de Héctor fuera privado de los honores de la sepultura y abandonado a los buitres. Pero a la noche siguiente cambió de resolución conmovido ante las lágrimas del anciano Príamo que cayó a sus pies besándolos y rogándole una y muchas veces que le concediera los restos de Héctor. El cadáver, transportado a la ciudad, fue solemnemente incinerado. Andró-maca, Hécuba y Helena hicieron resonar en torno de la pira cantos lúgubres de desesperación.


(Boston 63.473; Attic black figure hydria; archaic; 520-510 bce) Aquiles arrastra el cadáver de Héctor desatendiendo la petición de Hécuba y Priamo (a la izquierda) azuzado por Iris

Priamo suplica a Aquiles, tumbado sobre el cadáver de Héctor



Funerales de Héctor

Aquiles y Polyxena

Un año antes de que fuera destruida Troya, enamoróse Aquiles de Polyxena, hija de Príamo, pidióla y obtúvola por esposa, pero cuando se acercaba al altar nupcial fue herido en el talón por una flecha que París le disparó y esta herida le causó la muerte. Los griegos depositaron sus cenizas en el promontorio de Sigeo, no muy lejos de la llanura de Troya, levantáronle un templo y le rindieron honores divinos. Neoptoleno o Pirro, hijo de Aquiles y de Deidamia, será mencionado con frecuencia en el transcurso de nuestras historias.


¿Qué ocurrió con Helena?

En cuanto a Helena, no se sabe exactamente cuál fue su conducta durante esta guerra. Hornero asegura que la desdichada reina desde que abandonó a su primer esposo suspiraba continuamente y maldecía el instante en que había tenido la debilidad de dar oídos a un extranjero y fugarse de su país. Muerto Paris desposóse con Deífobo, que era también hijo de Príamo; pero después que Troya fue tomada le traicionó de la manera más indigna entregándole al puñal de los griegos, esperando que este acto le valdría la reconciliación con Menelao. Y así fue en efecto: el hijo de Atreo la perdonó y llevóla consigo a Grecia donde le esperaban nuevos sinsabores. La muerte le arrebató a Menelao que era su último apoyo: después fue echada del Peloponeso como si se tratara de una calamidad pública y huyó a Rodas al lado de la reina Polyxo. Esta en el primer momento la acogió bien, pero al día siguiente ordenó que fuese ahogada en el baño y colgada de una horca.

Ayax

AYAX, hijo de Telamón, fue, después de Aquiles, el más valiente de los griegos. Acudió al sitio de Troya con doce bajeles y distinguióse al frente de los combatientes de Megara y Salamina.

Ánfora del 480 aC. Interrupción del duelo entre Héctor y Áyax. En la escena, Priamo saca a Héctor de la batalla, quien le sigue a regañadientas mientras mira hacia su oponente.


Muerto Aquiles, Ayax y Ulises se disputaron las armas de este héroe y cada uno defendió su pretensión ante la asamblea de capitanes. Ayax invocó las hazañas por él realizadas y las llevadas a cabo por su familia. Ulises hizo constar con tanta habilidad como enardecimiento los servicios que había rendido a Grecia; su elocuencia triunfó.

Lleno Ayax de desesperación por una preferencia que creía injusta, levantóse de la cama durante la noche y, en completo estado de delirio, empuñó su espada, recorrió el campo de los griegos y creyendo dar muerte a Ulises, Menelao y Agamenón, degolló los carneros y las cabras que pacían alrededor de las tiendas.

Vuelto en sí de su alucinación y al ver que era objeto de burla por parte de los soldados, hundióse en el pecho la espada que Héctor le había regalado. De la tierra empapada con su sangre nació una flor semejante al jacinto, sobre la que se ven, según dicen, las dos primeras letras del nombre de Ayax. Su muerte ocurrió antes de que Troya fuese tomada. Los griegos le erigieron un magnífico monumento sobre el promontorio de Reteo.

Teucro

Teucro, hermano de Ayax, le había acompañado en su expedición a Frigia (Teucro y Ayax sólo eran hermanos de padre. La madre de Teucro era Hesione, hija de Laomedonte); y era tan hábil arquero, que decíase que había recibido del mismo Apolo el arco que manejaba. Al volver a Salamina, su patria, después de la expedición, fue acogido por el anciano Telamón con frialdad y de un modo hostil: «¿Dónde está tu hermano? ¿Qué has hecho para vengar a tu hermano? ¿Dónde están las cenizas de tu hermano?». A esta desconcertante acogida, siguió la orden de destierro perpetuo.

Teucro se sometió sin abatirse y, acompañado de amigos fieles, se dirigió a Sidón donde residía el rey Belo. Sabedor de sus desdichas y su constancia, le dio algunos colonos fenicios con los que edificó en la isla de Chipre una ciudad a la que dio por nombre Salamina en la cual sus descendientes reinaron muchos siglos. Lo que el historiador Justino narra sobre el viaje de Teucro a España parece completamente fabuloso.

Telefo

TELEFO, hijo de Hércules y rey de Misia, casóse con una de las hijas de Príamo y se alió con este monarca para defender la capital de su reino sitiada por los griegos.

En un combate que libró junto a las costas de Misia, mató a muchos de sus enemigos y obligó a los restantes a huir. Su victoria hubiese sido completa si Baco, que protegía a los griegos, no hubiese hecho brotar de la tierra una cepa de vid con cuyas ramas enredáronse los pies de Telefo, ocasionándole su caída. Aquiles se precipitó sobre él y le hundió en su costado el hierro de su lanza. La herida ancha y profunda causábale acerbos dolores.

El oráculo de Delfos le anunció «que esta herida no podía ser curada sino por el que la había causado». Solicitado Aquiles para que viniera al campo de Telefo y curara su herida, respondió que no era cirujano y que no tenía remedio alguno para este mal.

Pero Ulises, que sabía que Troya no podía ser tomada si los griegos no contaban entre sus soldados con un hijo de Hércules, explicó el oráculo de Apolo diciendo que la misma lanza que había producido la herida debía curarla. Aquiles consintió en raspar con un cuchillo la extremidad de su lanza y con la herrumbre que de allí sacó arregló un emplasto que Telefo aplicó sobre la herida, cicatrizándose ésta y quedando, al cabo de pocos días, completamente curado. Agradecido a este servicio, Telefo desertó del partido de Príamo y se unió al ejército griego.

Los griegos y los romanos compusieron muchas tragedias sobre Telefo, de las cuales ninguna ha llegado hasta nosotros. En todas ellas aparecía este héroe, mendigo, vagabundo y colmado de infortunios; los sucesos en que descansa esta tradición son hoy completamente desconocidos.


EL FINAL DE LA GUERRA

Laocoonte. Sinon y la destrucción de Troya

Cansados los soldados del ejército griego de la duración del sitio de Troya y convencidos de que -esta ciudad era inexpugnable, pedían ávidamente a sus generales que les reintegraran a sus hogares. El descontento crecía de día en día y amenazaba una inminente sedición.

La estratagema de Ulises. El caballo de Troya

Entonces Ulises, que fue siempre fecundo en tramar astucias, concibió la estratagema más atrevida y más temeraria de que hace mención la historia, aplaudida por los capitanes dispuestos ya a aventurarlo todo. A este fin y con los abetos cortados en el monte Ida, hicieron construir un caballo enorme, tan alto como los más elevados muros de Troya y capaz de albergar en su vientre un batallón armado. Al mismo tiempo hicieron correr el rumor de que desistían de su empeño de tomar a Troya y que aquel caballo gigantesco era una ofrenda a Minerva para obtener por su intercesión un feliz retorno a su patria y aplacar la indignación de la diosa por el robo del paladio.

En efecto, después de haber introducido en el vientre del caballo los trescientos guerreros más escogidos, entre los cuales se contaban Ulises, Pirro, Estáñelo y Menelao, fueron a ocultar sus naves detrás de la isla de Tenedos, situada a poca distancia de la orilla.

Al saberse en la ciudad la retirada de los enemigos, los transportes de júbilo se desbordan por todas partes, las puertas se abren de par en par y muchos se apresuran a salir para recorrer el lugar en que acampaban los griegos y las llanuras que desde hacía tanto tiempo habían ocupado.

Algunos contemplan con extrañeza la ofrenda hecha a Minerva y la prodigiosa corpulencia del caballo.

La juventud impetuosa pide que sea arrastrado hasta la ciudad e introducido en la ciudadela; los más avisados proponen que sin más rodeos sea precipitado al fondo del mar o que le prendan fuego.

http://canal-h.net/webs/rguerrero001/Visor3/caballo%20Troya.jpg


La advertencia de Laocoonte

La incierta multitud duda entre los dos extremos, cuando, para dar ejemplo a todos, Laocoonte, gran sacerdote de Poseidón, arrebatado por la indignación, acude desde lo más alto de la ciudadela y les increpa de esta manera: «Desgraciados, ¡qué ceguera tan grande la vuestra! ¿Estáis seguros de la definitiva retirada de los enemigos? ¿Creéis que un presente de los griegos no encierra un engaño? ¿Tal confianza os inspira Ulises? ¡Tras estos pérfidos maderos se esconden muchos soldados enemigos!»

Dicho esto, dispara con su robusto brazo un dardo contra la armadura que forma el vientre y los flancos del monstruo. El dardo se clava allí y arranca un sordo ruido de armas y armaduras suficiente para inspirar serias sospechas, pero el pueblo no le concede ninguna importancia.
En este momento, llegan unos pastores frigios y profiriendo grandes gritos presentan al rey, un joven desconocido con las manos atadas detrás de la espalda. Este, lejos de huir al verlos, se había puesto él mismo en sus manos: era un griego, hechura de Ulises, que él mismo había amaestrado para el papel que debía desempeñar. Llamábase SINON y era hijo de Sísifo.


DESTRUCCIÓN DE TROYA


El discurso de Sinón.

Después que hubo llegado a presencia de Príamo, por medio de un discurso artificioso que tenía todas las apariencias de la verdad, convenció a este rey de que el embarque de los griegos no era una ficción y que al construir un caballo de tamaño tan colosal sólo intentaban impedir que pudiesen introducirlo en la ciudad.

Después añadió: «Si alguna .vez pudierais conseguir emplazarlo en vuestra ciudadela, los griegos no intentarían ya jamás atacar de nuevo a los troya-nos, sino al contrario, pues tales son los designios de la suerte, los troyanos se enorgullecerían de poder un día presentarse a las puertas de Micenas, ponerla sitio y devolver a los griegos centuplicados todos los males y calamidades que ellos les han infligido».

Las palabras de aquel pérfido produjeron en todos los espíritus profunda impresión y el extraño suceso que a ellas se siguió hizo desaparecer toda irresolución y duda.

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Laocoonte

                                                                    La muerte de Laocoonte

Dos serpientes de unas dimensiones monstruosas que habían salido de Tenedos, atravesaron el brazo de mar que separa esta isla de la tierra firme, se lanzaron sobre Laocoonte y sus dos hijos que a su lado estaban; se arrollan a sus cuerpos, los destrozan con crueles mordeduras y les ahogan con su hálito envenenado, después se dirigen lentamente al templo de Minerva hasta los mismos pies de la estatua y se esconden tras de su escudo.

Liberan a Sinón

Los troyanos llenos de admiración ante este prodigio, no se detienen ya a deliberar. Quitan las cadenas a Sinon dejándole en completa libertad para entrar en la ciudad como le plazca; derrumban un trozo de muralla para abrir paso a la máquina fatal. Todos ponen manos a la obra, todos tienen a gloria tocar las cuerdas con que le arrastran hacia la ciudad. Jóvenes y doncellas cantan himnos en acción de gracias a Minerva, y el pueblo entero se entrega a los excesos propios de un día de fiesta.

Fiesta nocturna y debacle final

Mientras tanto y a favor de la noche, la flota griega se acerca a la ribera. Los troyanos vencidos por la fatiga y el vino duermen con sueño profundo. Sinon se dirige al caballo, abre la puerta practicada en su flanco y por medio de largas cuerdas facilita el descenso a trescientos soldados que inmediatamente ocupan los puestos estratégicos La armada, que a su vez ha desembarcado, penetra en la ciudad por la brecha abierta en el muro blandiendo antorchas incendiarias, prende fuego a la ciudad, saquea las moradas más principales y hace una espantosa mortandad entre sus habitantes sin distinción de sexo ni edad.

Pirro se siente animado en extremo de un furor que se exacerba al recuerdo de la muerte de Aquiles; mata al joven Polites hijo de Príamo, se lanza de nuevo sobre el mismo Príamo espada en mano y a pesar de sus canas se la hunde en el corazón a presencia de Hécuba y ante el altar de Júpiter.

Uno solo de los hijos de Príamo, Heleno, fue exceptuado de la matanza, gracias a su condición de adivino. También Ante-nor, Anquises y Eneas fueron perdonados porque siempre reprobaron la conducta de París y habían aconsejado que Helena fuese devuelta a su esposo.

Los vencedores después de satisfacer su venganza, retorna ron a sus barcos cargados de rico botín y levaron anclas. Cuatro cautivas reales; Hécuba, viuda de Príamo, sus hijas Casandra y Polixena, y Andrótnaca, viuda de Héctor, constituían el más bello trofeo de su victoria..

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CULTURA ROMANA

                     


                 

                               Rómulo y Remo

                                                             El nacimiento de Roma

                          Romulo y Remo, de Rubens, hacia 1616. Museos Capitolinos
La leyenda de la loba es sólo una de las muchas que los romanos inventaron sobre los fundadores de su ciudad.

Entre la historia y la leyenda

La historia de los orígenes de Roma se pierde entre las brumas de la leyenda. Sus humildes comienzos no debieron distinguirse mucho de los de tantas ciudades de la región del Lacio. Pero con el tiempo, los antiguos historiadores romanos pensaron que la ciudad escogida por los dioses para convertirse en dueña del mundo debía tener un origen heroico, que adornaron con infinidad de leyendas, muchas veces contradictorias entre sí, llenas de dioses y héroes mitológicos.
De hecho, para los modernos investigadores resulta difícil distinguir leyenda y realidad, porque a veces, inesperados descubrimientos arqueológicos sacan a la luz las huellas de personajes y sucesos que parecían meras invenciones legendarias.

Rómulo y Remo

Roma fue fundada, según la tradición, por dos hermanos gemelos, Rómulo y Remo, que, acompañados de bandidos y vagabundos expulsados de sus propias ciudades, decidieron fundar un nuevo asentamiento junto al Tíber. Sin embargo, los dos hermanos no se ponían de acuerdo acerca del lugar en que levantarían su ciudad. Remo prefería el promontorio del Aventino, mientras que Rómulo se inclinaba por la colina del Palatino. Así las cosas, decidieron dejar su disputa al arbitrio de los dioses y -apostados cada uno en su colina-, se quedaron esperando una señal de lo alto.
La mañana del 21 de abril del año 753 a.C., Remo contemplaba el limpio cielo primaveral desde la cima del Aventino cuando divisó seis enormes buitres sobre su colina. Lleno de euforia, echó a correr hacia Rómulo, para anunciarle su victoria. Sin embargo, en ese mismo instante, una bandada de doce pájaros sobrevolaba el Palatino. Seguro de su victoria, y sin esperar la llegada de su hermano, Rómulo cogió un arado y comenzó a cavar el pomerium, el foso circular que fijaría el límite sagrado de la nueva ciudad, prometiendo dar muerte a quien osara atravesarlo.
Pero Remo, enojado por su derrota, lo cruzó desafiante de un salto. Obligado por el juramento que acababa de pronunciar, Rómulo dio muerte a su hermano, que fue el primero en pagar con su vida la violación de la frontera sagrada de Roma.
Esta leyenda encerraba para los romanos una halagüeña promesa: su ciudad sería perfecta y jamás tendría fin, como el foso que rodeaba el Palatino. Pero contenía también una oscura amenaza: la sombra del fratricidio sobre la que estaba fundada planearía como una maldición sobre Roma, en cuya historia abundaron los asesinatos y las Guerras Civiles.





LAS MIL Y UNA NOCHE


       
LAS MIL Y UNA NOCHES

Es la historia de la osada Scherezada y el Sultán Schariar, quien después de haber sido traicionado por su esposa y siendo testigo de varias infidelidades por parte de las mujeres, decreta que todos los días al atardecer se casara con una mujer diferente la cual será ejecutada la mañana siguiente. Scherezada está dispuesta a llevar a cabo un arriesgado, pero bien elaborado plan para terminar de una vez con tal barbaridad.
Todo comienza con un poderoso monarca de la antigua Persia quien tenía dos hijos: Schariar el mayor y Schazenan el menor. Tras la muerte del monarca Schariar sube al trono y su hermano menor quedo reducido a ciudadano. Schazenan no sintió envidia de su hermano, ya que se querían mucho. Esta actitud sirvió para que Schariar cediera el reino de Gran Tartaria a su hermano.
Después de transcurridos dos años, Schariar invita a su hermano a que le haga una visita. La noche antes que Schazenan partiera rumbo al imperio de su hermano; se da cuenta que su mujer le es infiel con un oficial de su ejército, no puede controlarse y mata a los dos en acto. 
Cuando Schariar recibe a su hermano se llena de alegría y comparten mucho tiempo juntos hablando de todo lo que ha pasado mientras estaban lejos, pero Schazenan todavía está mal por la traición de su esposa.
Schazenan descubre que la esposa de Schariar también es infiel y se lo cuenta a su hermano, que no lo puede creer hasta que lo ve con sus propios ojos; el sultán decide irse de su reino junto a su hermano hasta que encuentren una persona más desdichada que ellos, el cual no tardan mucho para encontrar y se trata de un genio maléfico que tiene una bellísima mujer; encerrada en una caja de cristal la mujer se las arregla para traicionar de forma vil al genio, que no tiene idea que ella lo a traicionado 100 veces; cada vez con un hombre diferente.
Habiendo encontrado al ser mas desdichado que ellos; Schariar y Schazenan regresan al palacio. En palacio el sultán llega a la habitación de su esposa y ordena al visir que la estrangule en su presencia. Convencido que no existe mujer que sea fiel, decide casarse todos los días por la tarde y matar la mujer al día siguiente.
El visir es el encargado de traer a las mujeres para desposar al sultán; también es padre de dos hermosas mujeres: Scherezada y Diznarda.
Scherezada es la hija mas amada por el visir por ser muy inteligente y culta, pero un día Scherezada pide a su padre la case con el sultán, ya que tiene un plan con el cual cree que puede acabar con todas sus barbaridades; el visir trata de convencerla que no lo haga contándole varios cuentos:




El asno, el buey y el labrador




Se trata de un labrador que tiene el don de entender lo que los animales dicen. Cierto día el labrador escucho al buey quejarse del asno que al parecer no hacia nada y no recibía ningún castigo, en cambio el trabajaba desde la noche hasta mas no poder y aun así recibía tremendo castigo; a lo que el asno le recomendó que no hiciera nada y que así lo tratarían mejor. El buey siguió la recomendación del asno y se rehusó a trabajar, el labrador en forma de castigo puso al asno a hacer el trabajo del buey; al haber terminado el asno decía que él era el único culpable de su desgracia por imprudente y que ahora debía inventase algo para salir de tal problema. 
Al llegar a este punto el visir le dice a su hija: ¿Quieres ser tratada como el asno?, pero la actitud de Scherezada era inquebrantable y su disposición de llevar a cabo su plan era la misma. Como Scherezada no cambio de opinión el visir menciona otro cuento y afirma que eso debería hacer con su hija:




El gallo, el perro y la mujer del labrador
Después que el asno recibiera su castigo el labrador visito junto con su mujer a los animales y escucho como el asno convencía al buey de volver a trabajar y le causo mucha risa como el asno se las arreglo para salir de su apuro; la mujer extrañada de la risa de su marido reclamo le dijese ¿por qué? lo hacía. El labrador negó decir palabra alguna sobre lo que había escuchado porque perdería su vida al hacerlo, la mujer amenazo con dejarlo si no le contaba y se encerró en un cuarto. Mientras el labrador estaba pensando cómo arreglar tal problema; escucho al perro decir al gallo que cantara porque su amo estaba triste, a lo que el gallo respondió: que el amo le de una buena lección a su mujer y así arreglara todo este lío; el labrador fue al cuarto de su esposa y le dio tremenda paliza hasta que la mujer replico que nunca más haría la pregunta nuevamente.
El visir le pregunto a su hija otra vez si quería que trataran de esa forma, pero Scherezada estaba decidida y no cambio de opinión. Así que el visir fue ante el sultán y le ofreció su hija, y este no rechazo la oferta, sin embargo Scherezada le pide a su hermana que le ayude con su plan, el cual hará de la siguiente manera: cada vez que amaneciera ella le contaría un cuento a su hermana cuidándose de dejarlo inconcluso; así, pediría permiso al rey para continuarlo en la siguiente noche. Repetiría esta clase de suerte continuamente para ganar tiempo.


La primera noche que estuvo con el sultán le contó la historia de:





Simbad el marino

Relata sobre un mandadero llamado Himbad que cierta ocasión se encontró a las puertas del palacio de Simbad el marino, con quien hizo una auto comparación y replico su miseria ante las riquezas de Simbad. Este escucho las quejas de Himbad y no dudo en invitarlo a pasar para contarle que todo lo que tiene no lo obtuvo fácilmente, sino en las tantas peligrosas aventuras que había pasado durante sus siete viajes. Simbad le contó todas sus aventuras durante varios días y cada vez que terminaba de contarle una le regalaba una cantidad de dinero.

Historia del durmiente despierto

Trata sobre Abou que obtiene dinero de herencia que su padre le dejo a la hora de muerte, con el cual se dedica a mal gastarlo en cosas innecesarias y las personas que estaban a lado de él cuando tenía dinero ahora lo menosprecian.
La suerte le cambia cuando el gobernador de esas tierras donde vive le brinda su ayuda y hasta lo reconoce como su hermano. Abou de nuevo derrocha todo el dinero que el gobernador le había regalado, pero se las ingenia para hacer una trampa en compañía de su esposa para que el gobernador le dé más dinero. Para sorpresa de Abou el gobernador descubre su trampa, pero aun así no se molesta sino que le regala mucho más dinero que antes.
Scherezada también le contó sobre Aladino y su lámpara maravillosa y al final del cuento dijo al sultán: la moral de este cuento no habrá escapado al ingenio de vuestra majestad. Con esto se refería al sultán como una persona muy inteligente, quien le pidió le siguiera contando historias maravillosas.
Animada Scherezada, continuo contando historias al sultán: Ali baba y los cuarenta ladrones, El pájaro que habla, el árbol que canta y el agua de oro, El mercader de Bagdad, y la historia de Hassan.



Pasaron mil y una noches en las cuales Scherezada sirvió como esposa y esclava, contándole historias divertidas y maravillosas al sultán. Después de todo este tiempo el sultán decidió perdonar la vida a Scherezada, y terminar con la antigua ley de ejecución de las sultanas que había decretado.







                                                                      CONCLUSIÓN




Según el cuento, Scherezada en ningún momento se retracto de seguir con su plan, el cual estaba bien elaborado para hacer que el sultán olvidara todo su odio hacia las mujeres, mostrándole las mejores cualidades y belleza interior de las mujeres. Al final Scherezada consigue liberar a su pueblo de una terrible barbaridad a la que estaban sometidas las mujeres que se casaban con el sultán, también logra que el nombre del sultán vuelva a ser alabado como el soberano sabio, prudente y generoso.
Esta historia nos enseña que existen muchas personas que cometen errores, los cuales producen mucho dolor a los demás, pero que al final también se convierten en su perdición, sino recapacitan o cambian de parecer a tiempo.
También se observa que no se debe generalizar en la mayoría de los casos, ya que hay personas diferentes en su manera de actuar y de pensar. Cuando una persona está empeñada en actuar de forma irracional, tiene la opción de poder cambiar de parecer, siempre y cuando haya alguien que esté dispuesto a ayudarle.



CULTURA DE LA INDIA

                       

                   La épica India, el Mahabharata y el Ramayana

India es un país culturalmente muy influenciado por su historia, los primeros asentamientos en este país datan del 9.000 a.C. que poco a poco se desarrollaron en la cultura del Valle del Indo hacia 3.300 a.C. Tras su caida después de la invasión aria, tuvo lugar el periodo védico (aproximadamente entre 1.000-500 a.C) en el que se establecieron las bases del hinduismo y otros aspectos culturales de la sociedad india. En el siglo VI a.C. es  conquistada por el Imperio Mauria y Asoka El Grande extiende el budismo, dando lugar a la Edad Clásica en India.
No es de extrañar que sus textos más populares sean precisamente, narraciones épicas datadas en esta época.
Tanto  el Mahbharata como el Ramaiana forman parte de los Itijasa (“asi realmente fue”) que es el nombre que reciben los textos sánscritos no directamente filosóficos, junto con los Puranas (historias antiguas) que las forman. Así mismo ambos, son obras profanas que se recitan de manera ritual y teatral, o simplemente se recitan a modo de versos.
El Mahábharata está considerado como el poema épico más largo de la historia y suele traducirse por “La gran historia del pueblo de India”.
Aunque es arriesgado resumir el tema central de este texto debido a su extensión y complejidad, se basa en la lucha entre dos ramas de una misma familia noble, los panduidas y los kuruidas, por la posesión de un reino del norte de la India, el Kurukshetra.
Con ese hilo conductor, se narran multitud de historias paralelas, historias de guerra y lucha entre el bien y el mal, de confrontación por la tierra, de amor, traición y venganza, de sabios, dioses y demonios. Historias algunas de una fantasía bellísima y sorprendente, cómo sólo la creatividad india puede concebir. El Mahabharata se escribió alrededor del año 300 a.C. y fue objeto de numerosas variaciones en torno al año 300 d.C. estableciéndose en 18 libros que contienen en total unos 200.000 versos con breves pasajes en prosa intercalados.
Como de la mitología de cada pueblo, de cada historia del Mahábharata se desgranan enseñanzas para la vida que se han transmitido de generación en generación, ya sea en festejos populares mediante la representación de sus episodios o a través de los devotos. Aún hoy en día, tal es su fuerza y el deseo por mantener viva esta epopeya que se sigue representando por toda India y hasta se han llegado a realizar versiones televisivas.



El Ramayana cuenta las aventuras de Rama, uno de las encarnaciones de Vishnu (el protector). Está escrito en sánscrito, en casi 50.000 versos y su redacción se atribuye al sabio hindú Valmiki alrededor de la misma época que el Mahábharata fue escrito. Su argumento y sus múltiples historias y aventuras secundarias han servido de inspiración literaria a lo largo de los siglos. Es una de las grandes obras populares en India y es frecuente encontrar celebraciones y obras teatrales que lo representan total o parcialmente, así como a personas que recitan fragmentos de memoria, aunque sean analfabetos.
Siendo una de las más importantes obras literarias de India antigua tiene un profundo impacto en el arte y la cultura del subcontinente indio y del sureste de Asia. La historia de Rama también inspiró numerosas obras literarias modernas en diversos lenguajes, entre los cuales se pueden resaltar los trabajos del poeta hindú Tulsidas (siglo XVI), y el poeta tamil Kambar (siglo XIII).
El Ramaiana no solamente es un cuento religioso. El pueblo hindú comenzó a colonizar el sureste de Asia en el siglo VIII, y establecieron varios reinos. Gracias a esto, el Ramaiana se volvió popular en el sureste de Asia y se manifestó en la literatura y en la arquitectura de los templos, particularmente en Indonesia, Tailandia, Camboya, Laos, Malasia, Birmania, Vietnam y Filipinas. La épica india, el Mahabharata y el Ramayana, formaron la base del teatro en la India y en gran parte de Asia.