Es una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad de siglo XIX.El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.
Características
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:- Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
- Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
- Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
- El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
- Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
- El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
- Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.
EL REALISMO MEXICANO
La novela realista llegó a la literatura mexicana
cuando ya era común en las literaturas de los países europeos. Cercano al
modernismo, el realismo tuvo críticas y detractores entre los poetas
modernistas.
El realismo en México se desarrolló durante
el porfiriato, con grandes novelistas como Emilio
Rabasa, José López Portillo y Rojas, Rafael Delgado, Ángel de Campo, Heriberto
Frías, Federico Gamboa y Carlos González Peña, entre otros.
Abarcó los años de 1877 a 1910 y en él la
figura política principal fue Porfirio
Díaz, quien gobernó México por más de 30 años. A este periodo se
le conoce con el nombre de "la paz porfiriana", que se caracterizó por el
impulso de la economía, pero también por las brutales represiones contra los
inconformes y disidentes políticos. También durante este periodo, se crearon los
primeros bancos y se construyeron 24 000 kilómetros de vías férreas, que
activaron el comercio, la minería, la industria cervecera, tabacalera y textil.
La agricultura alcanzó un alto desarrollo, principalmente en el sureste del
país, pero siempre a costa del trabajo de los campesinos que eran tratados como
esclavos, atados con las cadenas de la deuda a las tiendas de raya.
En la vida cultural se extendió la educación
y las escuelas públicas para la clase media. Se creó el Consejo Superior de
Instrucción Pública que fue elevado a Secretaría en 1905. Justo
Sierra restauró en 1910 la Universidad Nacional, que había sido
suprimida por Valentín Gómez Farías en 1833. Se desarrolló
activamente el periodismo, sobre todo contra el gobierno, y fueron perseguidos
periodistas como los hermanos Flores Magón, Filomeno Mata y Daniel Cabrera,
fundador del periódico El hijo del Ahuizote.
El positivismo, doctrina filosófica francesa
que promovió Gabino Barreda en nuestro país, fue el pensamiento que adoptó el
Porfiriato. Si bien Barreda proponía libertad, orden y progreso, es decir, la
libertad como medio, el orden como base y el progreso como fin, el Porfiriato lo
redujo a orden y progreso.
El realismo mexicano rechazó el positivismo
porfiriano y propuso el nacionalismo, la mexicanidad y la búsqueda de la
justicia social. De ahí surgió una literatura pujante, cruel y vigorosa, llena
de color y de vida, que narraba episodios de la Revolución, dramas y escenas
campesinas, pero con un hondo contenido social.
Ignacio Manuel Altamirano fue maestro de
varias generaciones literarias. Entre sus mejores obras se encuentran
Clemencia, El Zarco y Navidad en las montañas, las dos últimas con
tintes realistas. En la novela de la corriente realista hay una tendencia a
idealizar costumbres y personajes, un anhelo por lograr paz y justicia, y un
gran apego a la patria. En el campo de la crítica literaria, Ignacio Manuel
Altamirano escribió numerosos ensayos y biografías que se recogieron bajo el
título de La literatura nacional.
Altamirano fue sin duda romántico, pero su
interés por la cultura literaria y la historia lo convirtieron en precursor del
realismo mexicano.
Los autores mexicanos leían y admiraban a los
escritores realistas europeos como el francés Balzac y su Comedia humana;
a Benito Pérez Galdós, el historiador y cronista español con su obra
Episodios nacionales, y al también español José María de Pereda, que con
sus novelas regionalistas inspiró la obra del mexicano Rafael Delgado. De
Inglaterra llegaron obras como Oliver Twist, de Charles
Dickens.
Estas influencias contribuyeron a que los
autores mexicanos reflejaran en sus obras, cada vez con mayor énfasis,
descripciones objetivas de la realidad, sin abandonar las reminiscencias
románticas como el sentimentalismo. Surgieron así autores realistas
como:
Heriberto Frías, que en su obra
Tomóchic refleja las tensiones sociales del Porfiriato.
Rafael Delgado, que en sus cuentos y novelas
expresó los prejuicios de la vida provinciana, como en su relato "Asesinato en
Palma Sola", que forma parte de los cuentos reunidos en la obra Cuentos y
notas (1902).
José López Portillo y Rojas, quien en su
novela La parcela denunció las injusticias y brutalidades cometidas por
la policía rural porfiriana.
Ángel de Campo (Micrós), quien con toda
objetividad y realismo describió la vida de los habitantes de los barrios
populosos de la Ciudad de México.
Otros autores de la novela realista en México
son:
Arcadio Zentella Priego (1844-1920), autor de
la obra que es considerada la primera novela realista mexicana: Perico,
en la que narra las desventuras de un peón que mata a su amo y cuando es
capturado se enfrenta a una justicia que sólo sirve a los ricos y
poderosos.
Emilio Rabasa (1854-1930), autor de La
bola, El cuarto poder y Moneda falsa, entre otras novelas que
denuncian las injusticias sociales. Algunos ejemplos de la literatura romántica
y realista mexicana del siglo XIX son: Al... de Justo Sierra, El
asesinato de Palma-Sola de Rafael Delgado.
Las características de ambas corrientes son
similares a las del romanticismo y realismo europeos, con algunas diferencias. A
continuación se muestran las características que tuvo el romanticismo tanto en
Europa como en México.
Características del romanticismo
europeo:
- Fue una reacción contra los neoclásicos.
- Evadió la realidad y se recreó en la historia y el pasado.
- Fue pesimista y creyó en el destino providencial.
- Surgió en Alemania e Inglaterra, entre los últimos años del siglo XVIII y de ahí se extendió a toda Europa.
Características del romanticismo
mexicano:
- No existió el enfrentamiento de los neoclásicos y románticos. En México, estos grupos convivieron pacíficamente en la Academia de Letrán.
- Representó la voz del reclamo social.
- Se encauzó contra la tiranía, la tradición y los privilegios.
- Comenzó con la Independencia, pero fue hasta la restauración de la República en 1867 cuando el romanticismo alcanzó su mayor esplendor.
A manera de resumen se puede decir que el
romanticismo y el realismo en hispanoamérica se distinguieron de las corrientes
europeas; en que tuvieron gran interés por las tendencias sociales y políticas
de la época; el romanticismo floreció en el periodo de la restauración de la
república en México, mientras que el realismo tuvo su auge durante el
Porfiriato.
Benito Pérez Galdós (1843 - 1920)
Benito Pérez Galdós nació en Gran Canaria, pero estudió en
Madrid, aunque finalmente dejó los estudios para dedicarse a escribir. Sus ideas
políticas le acabaron perjudicando y en los últimos años de su vida Quedó ciego
y atravesó por dificultades económicas.
Es el escritor realista que más escribió y entre su obra hay que
destacar:
- Los episodios nacionales son una crónica de conflictos importantes en España. Superó el romanticismo tratando historia reciente
- Las novelas de primera época ataca la intolerancia y el fanatismo, especialmente entre progresistas y tradicionalistas
- En las "Novelas españolas contemporáneas" describe la sociedad contemporánea sin defender una ideología en concreto sino que permanece imparcial. La obra destaca por la mayor profundidad y complejidad de los personajes.
- Por otra parte, ni siquiera en las Novelas de tema espiritual, que tratan temas espirituales, abandona observación detallada
El gran mérito de Galdós fue su arte al trazar el panorama de la
sociedad española de su época. Superó el costumbrismo regional de otros autores
y trata la división de progresistas y tradicionalistas proponiendo como única
solución la Tolerancia y la armonía.
III.a) Leopoldo Alas Clarín (1852 - 1901)
Leopoldo Alas Clarín nació en Zamora, pero vivió en Oviedo. Fue
muy influenciado por los krausistas y un firme de defensor de las ideas
liberales y republicanas. Destacó por ser muy crítico y sensible a las
injusticias.
Entre su obra crítica hay que resaltar sus ensayos que destacan
por su certeza de juicio. Como critico literario (Novedades literarias,
corrientes literarias ...) fue un Gran defensor de Galdós.
Su obra narrativa destaca por sus cuentos y novelas cortas. Llama la atención sobre la misma su espíritu crítico y su sensibilidad por situaciones humanas. También fue el autor de dos novelas largas: "La Regenta" y "Su único hijo" . Mientras sus cuentos tuvieron mucho éxito, La Regenta no tuvo éxito hasta mucho más tarde. Destaca La Regenta por la psicología de los personajes, la perfecta estructuración y la técnica narrativa moderna.
Benito Pérez Galdós
EL REALISMO
REALISMO EN FRANCIA
GUSTAVO
FLAUBERT
Considerado el máximo exponente de la narrativa
del realismo, Gustave Flaubert ha pasado a la historia como un estilista
consumado que consagraba días enteros a la búsqueda de le seul mot juste (la
palabra justa). Hijo de un cirujano y de la hija de un respetado médico de Ruán,
empezó a escribir de niño, publicó su primer poema a los dieciséis años, y, tras
estudiar leyes en París por mandato de su padre, suspendió los exámenes finales
en 1843 a raíz de una enfermedad nerviosa, que lo obligaría a buscar paz y
reposo hasta el fin de sus días. Tres años más tarde, las muertes de su padre y
de una hermana lo dejaron en posesión de una herencia cuantiosa, y se instaló a
escribir en la finca familiar de Croissert, cerca de Ruán, a donde lo visitarían
más tarde destacados literatos.
Sus esfuerzos titánicos por encontrar la palabra
exacta y la frase perfecta lo emplearía durante cinco años en la redacción de
Madame Bovary, cuya protagonista, una burguesa tan típica y provinciana
como su propia madre, encarnaría los sentimientos del autor contra la mezquindad
y la hipocresía de la clase media. Publicada por entregas en 1856, esta obra
cumbre de las letras francesas le acarreó a Flaubert un juicio por inmoralidad,
del que salió absuelto en 1857 poco antes de la publicación del libro. La novela
histórica Salambó, ambientada dentro de una vena tan romántica como
realista en la antigua Cartago, se añadiría en la década siguiente a su obra
publicada en vida, que incluye también Las tentaciones de San Antonio y el
volumen de relatos Tres Cuentos. La novela inconclusa Bouvard y Pecuchet y su
Diccionario de lugares comunes serían editados póstumamente, al igual que la
célebre novela de aprendizaje La educación sentimental. Esta última novela narra
la historia de un joven burgués y de sus frustrados amores con una mujer casada.
Soltero de por vida, Flaubert se acostumbró a pasar los inviernos de sus últimos
años en París y a oficiar allí como anfitrión de sofisticadas veladas
literarias, en las que conocería a su discípulo de más de una década Guy de
Maupassant. Su Correspondencia, publicada también tras su fallecimiento, es una
valiosa fuente de información sobre una vida consagrada a hacer de la literatura
un arte puro y sin concesiones.
MADAME
BOVARY
Acusada de inmoralidad ante un tribunal francés
en 1856, Madame Bovary inauguró una nueva era en la historia de la narrativa. Su
autor se inspiró para su composición en varias historias verídicas de la época,
entre ellas la de una mujer llamada Delphine Delamare, casada con un médico
normando que había muerto de pena tras descubrir que su esposa le había sido
infiel y lo había dejado en la ruina. La protagonista de la novela, una burguesa
típica e infiel como la del publicitado caso Delamare, pudo estar basada también
en Louise Pradier, otra adúltera tristemente célebre, a quien el autor visitaría
en diversas ocasiones desafiando el ostracismo social. Interrogado más tarde
acerca de la identidad real de su personaje, Flaubert respondería con la célebre
frase: “Madame Bovary soy yo”. Bajo la trama convencional de una crónica de
adulterio, la novela, subtitulada Costumbres provincianas, refleja efectivamente
la antipatía profunda del autor hacia la moral social que condenaba el
adulterio, y hacia la mentalidad mercantil y la mediocridad intelectual de la
burguesía francesa. Su heroína, Emma Bovary, es una mujer atrapada en un
matrimonio insulso, quien, de la mano de las pasiones románticas de sus libros
de cabecera, se entrega un día a la búsqueda de sus ilusiones y transgrede la
norma burguesa a través de una serie de aventuras amorosas. La frustración en
que al cabo del tiempo la sumen estos escapismos, tanto o más convencionales que
su propio tedio marital, la conduce poco a poco a la desesperación y finalmente
al suicidio. La penetración psicológica y la maestría estilística de Flaubert
transforman esta tragedia banal en una narración soberbia, que registra los más
nimios detalles de la vida y los pensamientos de sus personajes, confiriéndoles
una existencia tan real como apasionante. Las aspiraciones totalizantes de este
novedoso procedimiento determinarían el curso de toda la narrativa posterior. A
raíz de la publicación por entregas de la novela en 1856, Flaubert fue acusado
de inmoralidad ante los tribunales, y se salvó por escaso margen de ser
condenado poco antes de su publicación en forma de libro en 1857. Su obra,
reeditada posteriormente en todas las lenguas europeas, es uno de los clásicos
indispensables de la literatura universal.
FEDOR DOSTOIEVSKY
CRIMEN Y
CASTIGO
La historia narra la
vida de Raskolnikov, un joven estudiante de derecho en la Rusia zarista. Aquel
joven ve trabados sus sueños por la miseria en la cual se ve envuelto él y su
familia, debiendo congelar sus estudios por falta de dinero. En búsqueda de
dinero llega a conocer a una vil y egoísta anciana, la cual ejerce el oficio de
prestamista.
Al darse cuenta de la riqueza que la octogenaria posee, la mente del protagonista se va emponzoñando con el sucio deseo de asesinarla y robar el dinero que ella guarda en su casa. Tras muchos cuestionamientos morales acerca de lo que significaría matar a la anciana, termina por hacer realidad aquel deseo. Sin embargo, asesina también a la hermana de la anciana, ya que le sorprende en el lugar del crimen.
Al darse cuenta de la riqueza que la octogenaria posee, la mente del protagonista se va emponzoñando con el sucio deseo de asesinarla y robar el dinero que ella guarda en su casa. Tras muchos cuestionamientos morales acerca de lo que significaría matar a la anciana, termina por hacer realidad aquel deseo. Sin embargo, asesina también a la hermana de la anciana, ya que le sorprende en el lugar del crimen.
No había un momento que
perder. Él sacó del todo el hacha de debajo del paletó, esgrimiola con ambas
manos, sin darse cuenta de lo que hacía, y casi sin esfuerzo, con gesto
maquinal, dejola caer sobre la cabeza de la vieja. Estaba agotado. Pero no bien
hubo dejado caer el hacha cuando le volvieron las fuerzas.
Como siempre, estaba la vieja destocada. Sus ralos cabellos blancos, diseminados y distantes, grasientos y aceitosos, también como siempre, trenzados en forma de rabo de ratón y sujetos por un pico de peina, le formaban moño sobre la nuca.
Diole el golpe precisamente en la mollera, a lo que contribuyó la baja estatura de la víctima. En una de sus manos seguía aún teniendo la prenda. Él, a seguida, hiriola por segunda y por tercera vez, siempre con el revés del hacha y siempre en la mollera. La sangre brotó cual de una copa volcada, y el cuerpo desplomose hacia adelante en el suelo. Él se echó atrás para facilitar la caída y se inclinó sobre su rostro: estaba muerta.
Como siempre, estaba la vieja destocada. Sus ralos cabellos blancos, diseminados y distantes, grasientos y aceitosos, también como siempre, trenzados en forma de rabo de ratón y sujetos por un pico de peina, le formaban moño sobre la nuca.
Diole el golpe precisamente en la mollera, a lo que contribuyó la baja estatura de la víctima. En una de sus manos seguía aún teniendo la prenda. Él, a seguida, hiriola por segunda y por tercera vez, siempre con el revés del hacha y siempre en la mollera. La sangre brotó cual de una copa volcada, y el cuerpo desplomose hacia adelante en el suelo. Él se echó atrás para facilitar la caída y se inclinó sobre su rostro: estaba muerta.
Pronto la policía se
pone a investigar el caso. El protagonista es interrogado por el comisario, que
sospecha de él como uno de los autores del crimen e intenta sorprenderle con las
preguntas.
El crimen deja al protagonista en gran confusión, se debate consigo mismo sobre si su acción ha sido buena o mala. Además no puede liberarse del sentimiento de culpa. Atormentado por el cargo de conciencia, le confiesa su crimen a su amiga Sonia, una muchacha pobre, pero muy buena, que se prostituye para sostener a su familia. Aconsejado por Sonia, Rodión se entrega a la policía.
El crimen deja al protagonista en gran confusión, se debate consigo mismo sobre si su acción ha sido buena o mala. Además no puede liberarse del sentimiento de culpa. Atormentado por el cargo de conciencia, le confiesa su crimen a su amiga Sonia, una muchacha pobre, pero muy buena, que se prostituye para sostener a su familia. Aconsejado por Sonia, Rodión se entrega a la policía.
-¡Sufrirás, sufrirás!…
-Repetía ella en imploración desesperada, tendiéndole las manos.
-Es posible todavía que me haya yo calumniado -observó él sombríamente, cual recapacitando-. Quizá sea yo todavía un hombre, y no un piojo, y me haya juzgado con demasiada precipitación… Todavía lucharé…
Zumbona sonrisa asomó a sus labios.
-¡Qué tormento tan grande vas a sufrir! ¡Toda la vida, toda la vida…!
-¡Me acostumbraré… -Declaró él, adusto y pensativo-. Escucha -empezó, después de un minuto-; basta ya de llanto; es tiempo de obrar; yo vine a decirte que a mí, ahora, me andan buscando, me detendrán…
-¡Ah! -Exclamó Sonia asustada.
-Es posible todavía que me haya yo calumniado -observó él sombríamente, cual recapacitando-. Quizá sea yo todavía un hombre, y no un piojo, y me haya juzgado con demasiada precipitación… Todavía lucharé…
Zumbona sonrisa asomó a sus labios.
-¡Qué tormento tan grande vas a sufrir! ¡Toda la vida, toda la vida…!
-¡Me acostumbraré… -Declaró él, adusto y pensativo-. Escucha -empezó, después de un minuto-; basta ya de llanto; es tiempo de obrar; yo vine a decirte que a mí, ahora, me andan buscando, me detendrán…
-¡Ah! -Exclamó Sonia asustada.
Las circunstancias
del crimen hacen que no sea condenado a muerte, pero es enviado a trabajar a
Siberia. Su hermana se casa con Rasumijin y su madre muere; Sonia visita a
Raskolnikov en Siberia y se queda allí a esperar el fin de su condena, dentro de
siete años.
Ella estuvo también todo
aquel día emocionada, y por la noche volvió a recaer en la enfermedad. Pero era
hasta tal punto dichosa, que casi le asustaba su felicidad. ¡Siete años, sólo
siete años! Al principio de su felicidad, en algunos momentos, habrían estado
dispuestos a considerar aquellos siete años como siete días. Él ni siquiera
sabía que la vida nueva no se le había de dar gratuitamente, sino que tendría
que comprarla aún cara, pagar por ella una gran hazaña futura… Crimen y castigo
contenido:
MADAME BOVARY El gran maestro del realismo, Gustave Flaubert, y su novela más característica, "Madame Bovary", una historia contada con enorme hondura en la temática abordada y un intachable retrato de ambientes y personajes, en especial su protagonista femenina, Emma Bovary, quien busca en el adulterio su desahogo existencial. |
Leamos un fragmento:
Él no podía aguantarse sin tocar continuamente su peine, sus sortijas, su pañoleta; algunas veces le daba en las mejillas grandes besos con toda la boca, o bien besitos en fila a todo lo largo de su brazo desnudo, desde la punta de los dedos hasta el hombro; y ella le rechazaba entre sonriente y enfadada, como se hace a un niño que se te cuelga encima. Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y Emma trataba de saber lo que significaban en la vida las palabras felicidad, pasión, embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros......................
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