LA HISTORIA DE LOS BARCOS.
UNIDAD III
La historia
cuenta que los egipcios fueron Los primeros constructores de barcos de Los que
se tiene noticias. La primera fuente gráfica de estas naves data de alrededor
del siglo XXX a .d. C. y lo más probable es que los barcos de esta clase
llevaran utilizándose hace bastante tiempo. Se piensa que no sólo los utilizaban
para navegar por el Nilo, sino que también se lanzaron al mar abierto, ya que
existen indicios que señalan su presencia sobre los mares en pinturas murales de
más de 3.000 años de antigüedad.
Los barcos
egipcios más antiguos que se conocen estaban construidos sobre un armazón de
madera y eran lo suficientemente grandes para albergar como mínimo a 20 remeros.
Iban equipados con un solo mástil dotado de una vela rectangular y uno o dos
grandes remos situados en popa que realizaban La función de timón, siendo
capaces de transportar varias cabezas de ganado o el peso equivalente en
mercancías.
Su
particularidad estaba dada porque eran embarcaciones que carecían de quilla,
hecho éste que se solucionaba de manera ingeniosa con una gran soga que recorría
su largo, de proa a popa, la cual debidamente torsionada, en función de la carga
o peso, evitaba la quebradura de la nave. En la proa, la popa y alrededor de la
nave se colocaba un entramado de fibras o sogas, que obraba como refuerzo del
casco. Como anda, totalmente primitiva, se utilizaba una simple piedra, de
tamaño suficiente. que pendía de un cabo.
Otro pueblo de gran importancia en la historia de la navegación fueron los fenicios, reconocidos como muy buenos marinos, quienes no sólo construyeron barcos mercantes capaces de transportar cargas considerables, sino también buques de guerra mayores y más efectivos que cualquiera de los fabricados por sus contemporáneos, los egipcios y los egeos.
El talento
naviero de este pueblo se desarrolló a la par de su actividad comercial,
pesquera y, en menor medida, guerrera. Los barcos fenicios estaban hechos de
maderas resistentes, como el cedro, pino, encino y ciprés. Llegaron a tener
barcos muy grandes, que también aprovechaban la fuerza del viento por medio de
velas rectangulares.
La
construcción más significativa de los fenicios fue el buque de manga ancha que
utilizaba velas en vez de remos y proporcionaba un espacio para el cargamento
mucho mayor que las galeras estrechas. Los barcos fenicios navegaron por el mar
Mediterráneo y otros océanos hasta las islas Británicas (para comerciar con
estaño), y tal vez también se dirigieron hacia el Sur, a lo largo de la costa de
África. A los constructores de barcos fenicios se les reconoce haber
desarrollado las galeras birremas y trirremas en las que los remos se
colocaban en dos o tres órdenes respectivamente.
El poderío
naval de Grecia fue enorme hasta el siglo IV a. de C. Luego, Cartago y Roma
emprendieron una larga lucha por el dominio del mar. Antes del comienzo de [a
era cristiana, los romanos habían triunfado y, durante mucho tiempo, dominaron
Las rutas marítimas mediterráneas. Los romanos desarrollaron muchas clases
diferentes de barcos de guerra durante su largo período de dominación en el
Mediterráneo, sobre todo galeras, las cuales utilizaban puentes para abordar los
barcos enemigos y algunas llevaban artillería de Catapultas. Para el comercio,
los romanos construyeron barcos de hasta 53 m de eslora y 14 m de manga. Se cree
que construyeron barcos todavía mayores para transportar obeliscos de Egipto a
Roma. Estos grandes barcos de carga se aparejaban con velas cuadras en tres
palos.
En el siglo IX los normandos o vikingos se convirtieron en el terror de los mares septentrionales. En sus embarcaciones, largas y estrechas, propulsadas con velas y remos, denominadas dracares, efectuaron incursiones en las costas del norte de Europa, las islas británicas y el Mediterráneo. Con el modelo más pequeño de estos barcos, que tenía 23,8 m. de eslora, 5 m de manga y su proa simulaba un dragón, se internaron en el tormentoso Atlántico septentrional, colonizaron Islandia y Groenlandia, y arribaron a las costas norteamericanas. También fue utilizado por los diversos reyes escandinavos que invadieron las islas Británicas. Los sajones lo adopta ron, sobre todo durante el reinado de Alfredo el Grande, como defensa contra los invasores.
Durante los
siglos XV y XVI aparecieron muchos tipos de naves: carracas, carabelas,
pinazas, saicas, galeones, etc. El uso de la brújula se generalizó y posibilitó
los viajes cada vez más largos Se construyeron buques de unas mil toneladas. La
nave Santa María, que llevó a Colón y a sus cincuenta y dos hombres al Nuevo
Mundo, media treinta metros de eslora. Los buques mercantes y de guerra ingleses
crecieron en número y tamaño durante los reinados de Enrique VIII e Isabel
I.
Las
carracas, que españoles, portugueses y venecianos usaban para transportar
mercancías, tenían a menudo cuarenta metros de eslora. Los barcos de guerra
mayores de [a época, dotados de cuatro mástiles, desplazaban mil quinientas
toneladas. Los franceses sobresalieron en la arquitectura naval. Sus naves
aventajaron en tonelaje y velocidad a las de otras naciones, sobre todo en los
siglos XVII y XVIII.
El tráfico
oceánico creció en los siglos XVII y XVIII, cuando los ingleses, portugueses y
holandeses intensificaron la búsqueda de productos orientales. Las naciones
europeas crearon compañías comerciales rivales: La más famosa fue la Compañía
Inglesa de las Indias Orientales, fundada en 1600. Los barcos des carga solían
ser más anchos y lentos que los de guerra, e iban menos armados.
Al
incrementarse eL comercio con Oriente, se necesitaron naves más rápidas para el
transporte de té, especias, café. Así nacieron los afamados clippers cuya
temprana llegada a destino significaba un mejor precio para La mercadería y un
mejor negocio para La compañía que arribaba primero. Los tiempos empleados en la
ruta del té eran hecho público, siendo para algunos historiadores, La
competencia que dio origen al premio Llamado Cinta Azul (Blue Riband) que
se otorga en el yachting al primer velero en cruzar la línea de Llegada.
Para otros el galardón se originó posteriormente, en La competencia por realizar
el menor tiempo en el cruce del océano Atlántico de las compañías que viajaban
de Europa a Estados Unidos.
Dos
innovaciones revolucionaron el diseño de los barcos: La propulsión por vapor y
la construcción con hierro. En 1860 los vapores de cascos metálicos ganaban
rápidamente terreno a Los veleros de madera.
El casco de
hierro: Ya en 1777 Los constructores de naves habían probado los cascos de
hierro. Se creyó que flotarían. Hubo quejas de sus efectos en la brújula, lo que
era cierto, porque el hierro desviaba su aguja del verdadero norte. La
dificultad se superó en La década de 1830 cuando Los navegantes idearon la forma
de corregir el error del compás.
EL vapor:
Hacia fines de siglo XVIII el inventor escocés James Watt dominó la energía del
vapor de agua. Uno de los primeros en utilizarla para mover una embarcación fue
el francés Claude- Françoise Jouffroy d’Abbans, que construyó varios
vapores antes de 1785. James Rumsey empleó en Estados Unidos, una bomba
de vapor para impulsar un barco en el río Potomac (1787). Más o menos por
entonces, John Fitch construía naves con ruedas de paletas movidas por
vapor. Una transportó pasajeros por el río Delaware, entre Filadelfia y Irenton.
Otro
precursor fue el ingeniero escocés William Symington. Uno de sus vapores
remolcó gabarras, en 1802, en el río Clyde (Escocia). El estadounidense
Robert Fulton convirtió el barco de vapor en medio de transporte práctico
y comercialmente rentable. Imaginó varios artefactos para mejorar las industrias
e incluso un submarino. Robert Fulton y Robert Livingston, representantes de los
Estados Unidos en Francia, construyeron el Clermont en Nueva York. Muchos
hablaban burlonamente de La “locura de Fulton” y profetizaban que seria un
fracaso, pero se equivocaron. El barco se botó en 1807, remontó el río Hudson
hasta Albany (240 Km.) en treinta y dos horas.
Estos
“novedosos y eficaces” medios de propulsión fueron reemplazando a la vela en las
embarcaciones de gran porte utilizadas para comercio y pasaje, y durante el
siglo XX, los motores a explosión que utilizan combustible fósil destituyeron a
los buques impulsados por el viento. Sin embargo, en nuestro presente siglo, los
problemas con el petróleo están generando que se reconsidere la energía eólica
como suplemento para la propulsión de grandes barcos de carga, y es posible
comenzar a observar enormes buques que ahorran combustible con velas! Un regreso
sumamente tecnificado al propio origen...
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