sábado, 5 de enero de 2013

SEGUNDO SEMESTRE


EL  HIPERTEXTO

Ahora bien, ¿qué es lo que podemos entender por hipertexto?

Sin entrar en profundidades, ya lo hemos hecho en otros trabajo (Duarte, Cabero y Romero, 1995), sobre la definición a adoptar, si creo que debemos de tener presente que como elemento claramente diferenciador de otros medios textuales y gráficos, el que los hipertextos se refieren a una organización no lineal y secuencial de la información, donde es el usuario el que decide el camino a seguir, y las relaciones a establecer entre los diferentes bloques informativos que se le ofrecen, pudiendo en algunos de ello incluso comprobar nuevas relaciones no previstas por el diseñador del programa.
Como indica Landow (1995, 79):
"Los conceptos (y experiencias) de empezar y terminar implican linealidad. Si presuponemos que la hipertextualidad presenta secuencias múltiples en lugar de una ausencia total de linealidad y secuencia, entonces una respuesta a esta pregunta es que tiene múltiples principios y finales en lugar de uno sólo."
Recientemente Tolhurst (1995) ha realizado una aportación, que persigue el objetivo de especificar las relaciones y diferenciaciones que se pueden establecer entre tres términos que están apareciendo últimamente en al literatura científica, para referirnos directa o indirectamente al concepto que estamos manejando: hipertextos, hipermedias y multimedias. Diferenciando a los tres en los siguientes términos:

los hipertextos como una organización no lineal de acceso a la información textual;
los hipermedios como uniones interactivas de información que está presentado en múltiples formas que incluyen texto, imágenes y múltiples formatos que incluyen o gráficos animados, segmentos en movimientos, sonidos y músicas;
y los multimedias referidos a los múltiples formatos de medios para la presentación de la información.
Tales relaciones las expresa de forma gráfica mediante la siguiente representación:
esquema.gif (8863 bytes)

(Tolhurst, 1995, 25)


Una línea similar a la Tolhurst (1995) es la que utiliza Woodhead (1991), que lleva a considerarlos como un subconjunto de los hipermedios y multimedios interactivos.
Digamos también, que aunque la definición tradicional del término se centra exclusivamente en datos textuales, los desarrollos actuales del software permiten que en su realización se introduzcan elementos simbólicos de diferentes tipologías icónicas. Para nosotros, las definiciones tradicionales deben de ser contempladas con cautelas, en un sentido más tendente hacia la ampliación que hacia la reducción de su campo de intervención.
En definitiva, lo que facilitan estos medios es que los receptores en la ejecución de la lectura no lineal, conocida como navegación, construyan en función de sus intereses y necesidades, sus propios cuerpos de conocimientos, pudiendo decidir también sobre los sistemas simbólicos a través de los cuales consideran oportuno recibir y relacionar los conocimientos, formando estructuras de conocimiento claramente diferentes a las previstas y planificadas por el diseñador del programa, todo ello dependiendo del nivel de libertad de movimiento que le es concedido previamente al usuario.
Ya abordamos en otro trabajo (Duarte, Cabero y Romero, 1995) aspectos relativos al software necesario y sus diferentes tipologías en función de los entornos informáticos en los que trabajemos, y más utilizado para la realización de este tipo de programas no lineales, por ello aquí no haremos ninguna referencia al respecto, y remitimos al lector interesado al mencionado trabajo. Ahora bien, si nos gustaría destacar que los desarrollos actuales que están adquiriendo nos llevan no sólo a que seamos mayoritariamente meros usuarios de los mismos, sino también a introducirnos en la idea de "seftmedia" que en su momento elaboró Jean Cloutier, y que permite alejarnos del mero consumo mediático. Por otra parte, como ya hemos ido apuntando, estos están permitiendo que el receptor pueda "colaborar" con el trabajo realizado por el autor y llegar a construir a partir de él una nueva realidad comunicativa, formativa y expresiva.
Hasta ahora hemos ido hablando de hipertexto como un conjunto de medios que comparten entre sí la realidad de la no linealidad de la información, una secuencialidad múltiple de la misma, y su determinación por el usuario. Sin embargo, la realidad es que nos podemos encontrar en función de la estructura que posean y las funciones básicas a las que se le destinen con diferentes tipos de ellos, que como han sugerido Leggett y otros (1989), se podrían agrupar en cinco tipos básicos: literario, estructural, de presentación, colaborativo y exploratorio. El literario se centra en las conexiones más que en los nudos (Duarte, Cabero y Romero, 1995), o dicho en otras palabras, la asociación entre los elementos de información es más importante y significativas que la estructura propia de la información, pudiendo los sistemas incluir la posibilidad de que los usuarios incluyan notas en los sistemas. En el estructural por el contrario, los nudos tienden a ser relativamente más importantes que las conexiones, es decir, la asociación entre los elementos tienden a no ser tan importantes como las estructuraciones de los elementos de información en sí mismo. La presentacional, que posee algunas características de los estructurales, con las limitaciones de separar las propuestas realizadas por el autor y hojear los componentes. La colaborativa donde se tiende a asignársele la misma importancia a las conexiones y a los nudos. Y por último los explorativos, que muestran cierta relación con los colaborativos con el requerimiento adicional de una utilización específica en el uso del "interface" previsto por los autores.
Nuestra experiencia con los hipertextos nos lleva también a sugerir, que puede ser importante diferenciarlos en función del nivel de libertad de movimiento que el programa es capaz de concederle a los usuarios, ya que como se ha demostrado en algunos estudios teóricos y experimentales (Barret, 1989 y 1994Jonassen y Mandl, 1989;Nielsen, 1990; Woodhead, 1991; Jonassen y Wang, 1993; Kumar, 1994; Landow, 1995; y Lohr y otros, 1995), parece ser que uno de los principales problemas que poseen es la desorientación por el programa que podemos llegar a padecer. Por los conocimientos que tenemos hasta la fecha tal desorientación, parece ser que se encuentra en relación inversa a la libertad de navegación que permiten con que se desenvuelva el sujeto. Al respecto podría ser interesante realizar propuestas que vayan en la línea de los conocidos niveles de interacción formulados en su momento por la Universidad de Nebraska para el vídeo interactivo (Bartolomé, 1994) y que ha sido adaptado por otros autores para la utilización de las redes (Prendes, 1995).
Para finalizar estas referencias iniciales al concepto y las características definitorias de los medios a los que nos referimos en nuestro trabajo, vamos a exponer un cuadro ya presentado por nosotros en el trabajo al que nos hemos aludido diversas veces (Duarte, Cabero y Romero, 1995, 54-55), donde realizábamos un estudio comparativo entre las ventajas y los inconvenientes que los hipertextos podrían tener en relación al material impreso y a otros sistemas tradicionales de presentación y organización de la información, ya que ello creemos puede facilitar al lector no experimentado con estos medios, el situarse mejor para comprender los comentarios que realizaremos posteriormente en relación a sus posibilidades educativas y el grado de conocimiento que tenemos actualmente para su utilización y diseño didáctico.
Así respecto a las ventajas de los hipertextos allí señalamos:

puede mostrar imágenes en movimiento, sonido, films...
mayor facilidad de acceso a datos esparcidos, con menor retardo temporal,
puede enlazar múltiples datos en red,
facilidad en rapidez y costo de copias individuales,
menos espacio físico de almacenamiento,
puede compartirse por más de un usuario,
lectura orientada al usuario,
en potencia podría reunir toda la literatura universal,
estructura/relacional semántica de los datos orientada al usuario,
utiliza en una sola estructura datos de diversa índole: texto libre (datos no estructurados), redes semánticas (semiestructurados) y tablas (datos estructurados),
mínimos requerimientos de destrezas de programación, para construir complejas estructuras.

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