miércoles, 24 de abril de 2013

CÓDICE





Traducido del Inglés por Miryan McDonald
Las siguientes notas, con la intención de ser como una historia básica de los antiguos libros plegados de acordeón del antiguo Maya, fueron escritos en junio del 2003 para FAMSI, por Randa Marhenke. Sra. Marhenke tiene una familiaridad sobresaliente con los Códices Mayas, lo que es un producto de su enfocado estudio en los Mayas por más de 20 años.
CONTENIDO:   INTRODUCCIÓN
  LOS CÓDICES:
     El Códice Dresde
     El Códice Grolier
     El Códice Madrid
     El Códice París   CURIOSIDADES SOBRE LA CÓDICES
     El Códice París (PDF 1.59 MB)
     1871 Publicación de la Página Cortesiano
  SUMARIO
Fragmentos de los cuatro Códices Mayas.





LA ESCRITURA MAYA QUEDÓ REGISTRADA EN CÓDICES, PINTURAS, ESTELAS, EDIFICIOS Y MATERIALES QUE OFRECIERON RICAS TEXTURAS COMO LA CONCHA, EL ALGODÓN, LOS OBJETOS HECHOS DE CERÁMICA Y DIVERSAS JOYAS REALIZADAS EN PIEDRAS DE GRAN BELLEZA, COMO EL JADE Y LA OBSIDIANA.


En los códices, sus libros sagrados, registraron noticias, crónicas y hechos históricos; hicieron gala de la precisión de sus sistemas cronológicos y de su literatura y dieron cuenta de su arte, así como de sus conocimientos en astronomía, medicina y botánica. Como se evidencia, se necesitaba ser poseedor del conocimiento para esc

ribir códices; por ello, los sacerdotes, pertenecientes a la nobleza, eran los encargados de escribirlos. Eran llamados ah ts'ib: escribas, o ah woh: pintores.



También eran ellos los únicos que tenían la facultad de leerlos e interpretarlos, ya que la manera de hacerlo dependía del momento, de la situación y de quién los consultaba -así como de los objetivos que perseguía al hacerlo-. Como se ve, la interpretación jamás era única y lineal, hecho que, por cierto, dificulta el desciframiento de los códices. Aunado a ello, como su escritura tiene varios signos para representar una misma idea, la lectura se vuelve rica en expresiones, pero altamente codificada y compleja.
Fabricaron sus códices usando una corteza vegetal: el amate, y se sabe que también utilizaron la piel de venado especialmente tratada. Formaban largas tiras dobladas como biombo y las recubrían con una fina capa de estuco, sobre la que dibujaban, y esto les permitía hacer correcciones aplicando el color blanco a manera de goma de borrar para continuar pintando sus jeroglíficos.













Los códices tenían un orden: cada página estaba perfectamente dividida en secciones de glifos, numerales y figuras. El colorido de los códices es notable, y destaca el uso del rojo, el negro y el azul maya.







La mayor parte de los códices mayas fue destruida durante la Colonia. Han sobrevivido hasta nuestros días únicamente tres códices que han recibido el nombre de la ciudad en donde se encuentran: Dresde (Alemania), París (o Peresiano) y Madrid (o Trocortesiano).








Códice Dresde







Es tal vez del que se tiene más información. Trata de astronomía, religión y diversas ciencias y artes. Cabe destacar que cuenta con tablas astronómicas y calendáricas muy precisas, tanto del ciclo del planeta Venus como de los eclipses, y formula augurios sobre diferentes hechos y situaciones ligadas a la cosmogonía maya.


De los tres códices, el de Dresde es el más pequeño; cada una de sus 39 páginas mide 20 cm de largo por 9 cm de ancho. Desplegado, tiene una longitud de 3.51 m y está dividido en secciones por medio de líneas rojas que señalan el principio y el fin de los capítulos, o que introducen un cambio de tema. Sus glifos son de colores rojo, azul, amarillo, sepia, negro y verde.


















Fue encontrado en Viena en el siglo XVIII: había sido llevado en el siglo XVI, desde Guatemala, como parte de los presentes que se ofrecieron a Carlos I de España, Emperador de Alemania. Fue hasta 1810 que Alejandro de Humboldt lo dio a conocer al mundo































































Códice París o Peresiano
A pesar de haberse hallado incompleto y en malas condiciones, sus glifos hacen gala de una gran calidad y complejidad técnica, que ha sido comparada con la de las esculturas y bajorrelieves de El Naranjo, Piedras Negras y Quiriguá, en Guatemala.
Fue el segundo en aparecer en Europa, alrededor de 1832, en la entonces llamada Biblioteca Imperial de París, y el nombre de Peresiano se debe a que fue encontrado envuelto en un pliego de papel que tenía escrita la palabra Pérez. Fue hasta 1859 cuando León de Rosny lo identificó como códice maya.



































Códice Madrid o Trocortesiano
Describe diversas ceremonias y artes mayas de carácter mágico. No todos sus jeroglíficos han sido descifrados. Apareció en España, en el siglo XIX, dividido en dos secciones, la mayor de las cuales estaba en manos del señor Juan de Tro y Ortolano; la otra parte de la tenía el señor José Ignacio Miró.
Fue el francés Brasseur de Bourbourg quien lo identificó como documento maya en 1866. Originalmente se le llamó Códice Cortesiano porque se pensaba que Hernán Cortés lo había enviado a España.
 Desde 1964, este códice está resguardado en el Museo de América de Madrid. 






























EL CÓDICE NUTTALL






Manuel A. Hermann Lejarazu













Image - Codex Zouche-Nuttall, British Museum
































La historia de los antiguos pueblos mixtecos del actual estado de Oaxaca quedó plasmada en un extraordinario grupo de manuscritos pictóricos conocidos como códices. La importancia de este conjunto de documentos radica en el hecho de que se trata del único corpus de libros prehispánicos que registra acontecimientos de carácter político, genealógico, militar, religioso, incluso mitológico, originados en una extensa región del sur de México.
Seis son los códices mixtecos considerados de tradición prehispánica que sobrevivieron a la conquista española. Los nombres con que se les conoce a estas fuentes son: Vindobonensis, Nuttall, Bodley, Selden, Colombino y Becker 1. En sentido estricto, el Códice Selden fue terminado a mediados del siglo XVI, pero se considera de origen prehispánico debido a la nula presencia de elementos europeos en sus páginas. Por otro lado, hoy está bien comprobado que los códices Colombino y Becker 1 formaban antiguamente un mismo documento, pero en el siglo XVI fue dividido en dos partes o fragmentos, por lo que quedaron separados físicamente.
En términos generales, se puede decir que la parte central de la Mixteca Alta es el escenario principal de los eventos históricos y genealógicos narrados en los códices. Aunque también hay menciones a varios lugares de la Mixteca Baja y de la Costa, se considera la zona de Tilantongo, Jaltepec, Achiutla, Teozacoalco y Tlaxiaco como el área nuclear que aparece registrada en los documentos pictóricos. En efecto, varias páginas de los códices Bodley, Selden y Nuttall abordan con detalle la historia dinástica de los principales señoríos de la Mixteca Alta. El Bodley, por ejemplo, contiene en su parte anversa una historia completa sobre el prestigioso linaje de Tilantongo, mientras que el Selden trata sobre la familia de dignatarios del pueblo de Jaltepec. En cambio, la parte anversa del Vindobonensis constituye todo un magnífico relato acerca de los orígenes del mundo mixteco tal y como este pueblo lo concibió hace más de 500 años.
El periodo que cubren los códices mixtecos abarca del siglo X al XVI, etapa que coincide con el Posclásico, según la cronología fijada para el área mesoamericana.
Pero no sólo hay en los códices historias de linajes y sus intrincadas alianzas matrimoniales, también registran la obra de destacados personajes. Documentos como el Colombino-Becker y el reverso del Nuttall nos hablan, en términos modernos, de la biografía de un connotado guerrero y gobernante llamado 8 Venado, Garra de Jaguar, a quien, al parecer, lo podemos ubicar como un verdadero “parteaguas” en la historia prehispánica de la Mixteca.
Es precisamente en esta nueva edición facsimilar de la sección reversa del Códice Nuttall, en la que presentaremos parte de la vida y hazañas del señor 8 Venado.


DESCRIPCIÓN
El Códice Nuttall, o Zouche-Nuttall, como también se le conoce, es un extenso libro doblado en forma de biombo y pintado por ambos lados. Actualmente se encuentra resguardado en el Museo Británico de Londres con la signatura Add. MS. 39671.
El soporte del documento está conformado por 16 tiras o piezas de piel de venado unidas en cada uno de sus extremos, de manera que forman una larga faja plegable con una extensión total de 11.41 m. Las hojas o láminas que conforman el libro son resultado de los dobleces o pliegues de la faja de piel unida. Las dimensiones de cada una de estas “láminas” son aproximadamente de 24.3 cm de ancho por 18.4 de alto. El número de láminas en ambos lados del códice es de 47; sin embargo, no todas fueron pintadas. En efecto, el reverso (que es donde se narra la vida de 8 Venado) tiene pintadas en realidad 44 hojas. En tanto, en el anverso (que registra historias y genealogías de varios pueblos) únicamente aparecen 42 láminas con pinturas.
Los colores aplicados al reverso del Nuttall son rojo, amarillo, azul, morado, café, ocre y negro; la superficie de la hoja es blanca y se preparaba antes de la aplicación de los colores con una base de estuco o yeso. Incluso esta misma base o imprimatura servía también para realizar cambios o correcciones en las figuras ya elaboradas, pues en algunas láminas del códice se observan “huellas” o restos de los dibujos que fueron borrados debajo de las figuras definitivas, de tal manera que en algunos casos podríamos hablar de un palimpsesto en el Códice Nuttall.


HISTORIA
Hasta el momento no se tienen datos que nos ofrezcan información acerca de cómo pudo haber salido el códice de la Mixteca Alta. Se sabe, sin embargo, que el manuscrito se encontraba en la biblioteca del monasterio dominico de San Marco en Florencia, Italia, hacia 1854. El códice fue visto en este lugar por el joven historiador PasqualeVillari, en el momento en que durante una reunión el bibliotecario del monasterio lo sacó para mostrarlo. Para 1859 el documento fue adquirido por un rico y prominente político inglés, quien residía también en Florencia en el tiempo de Villari, llamado John Temple Leader. Éste no era propiamente un coleccionista de libros raros, pero compró el manuscrito en el monasterio para enviárselo a su amigo Robert Curzon, quien a la postre sería el decimocuarto barón Zouche. Curzon vivía en Inglaterra y tenía una magnífica colección de libros y antigüedades en Parham, condado de Sussex.
En una serie de cartas entre Leader y Curzon (encontradas por Nancy Troike en una investigación) se menciona que el códice salió de Italia en un paquete a través de los envíos de la Misión Británica en Florencia. El barón Zouche murió en 1873 y el códice, junto con su colección, fue heredado por su hijo, Robert Nathaniel George Curzon. El nuevo barón, sin embargo, se vio envuelto en una serie de dificultades que lo llevaron, en 1876, a depositar la colección de su padre en el Museo Británico de Londres.
Para 1890, la incansable investigadora norteamericana Zelia Nuttall ya había tenido noticias sobre el extraño manuscrito jeroglífico luego de haber conversado con Pasquale Villari. Después de algunos años de seguirle la pista, finalmente Nuttall pudo ver el manuscrito en el Museo Británico en 1898. Posteriormente, en 1902, obtuvo el permiso de Robert Nathaniel para estudiarlo y publicarlo. De esta manera, la primera edición facsimilar del códice fue publicada bajo los auspicios del Museo Peabody de la Universidad de Harvard, pero en realidad se trató de la publicación de los dibujos realizados por un artista anónimo.
El entonces director del Museo Peabody le dio el nombre de Nuttall al códice mixteco en honor de la destacada investigadora. Zelia Nuttall, en efecto, fue la primera en reconocer el carácter histórico del documento e identificó algunos signos y personajes que comprobaban su idea. Sin embargo, la norteamericana consideró al códice como de procedencia mexica y pensó que había formado parte de los regalos enviados por Cortés a Carlos V en 1519.
Hoy en día sabemos que el Códice Nuttall no fue enviado por Cortés a Carlos V, pero al menos tenemos la pista de que posiblemente un fraile dominico pudo haber llevado el códice al monasterio de San Marco a principios del siglo XIX. Finalmente, el Museo Británico obtuvo la posesión definitiva del códice en 1917, fecha en la que murió Darea Curzon, hermana de Robert Nathaniel y última poseedora de la colección.


PROBABLE LUGAR DE ORIGEN
El eminente arqueólogo e investigador mexicano Alfonso Caso fue el primero en descubrir que el Códice Nuttall, junto con los demás manuscritos históricos, provenía de la Mixteca Alta y no del Centro de México o del área zapoteca, como se creyó por casi medio siglo.
No obstante, es difícil determinar con precisión el lugar exacto de procedencia de algunos de ellos. Del Códice Selden, por ejemplo, hasta hace relativamente poco tiempo, Mary Elizabeth Smith descubrió que provenía del pueblo de Jaltepec; del Colombino-Becker tenemos noticia de que estuvo en poder de los caciques de Tututepec por lo menos desde principios del siglo XVI. Pero del Códice Nuttall no se tiene la certeza sobre su lugar de origen. Algunos investigadores piensan que pudo haber sido hecho en el señorío de Teozacoalco, debido a que precisamente en el lado anverso del códice se incluye una relación genealógica de los gobernantes de Teozacoalco y Zaachila. Sin embargo, en lo particular, considero que el Códice Nuttall está conformado por dos documentos distintos, uno en el anverso y otro en el reverso, realizados en tiempos muy distantes y por muy distintas razones.
En un estudio minucioso sobre las características físicas del códice, Nancy Troike descubrió que el anverso fue pintado después que el reverso. Ella encontró varias partes en el manuscrito original en las cuales la pintura había penetrado a través de pequeños hoyos de una cara del códice a la otra, y en todos los casos fue la pintura del anverso la que apareció cubriendo las escenas del reverso. Por lo tanto, Troike llegó a la conclusión de que las pinturas del reverso ya existían antes que las del anverso. Es por esto que la autora considera como la-do 1 a la sección que fue pintada primero, y como lado 2, la que se realizó después.
¿Cuánto tiempo separa a los autores de uno y otro lado del códice? Hasta el momento aún no es posible responder a esta pregunta; sin embargo, el hecho de que la historia de 8 Venado fuera elaborada antes que la genealogía de Teozacoalco y Zaachila, me ha llevado a suponer que desde luego no fue Teozacoalco el lugar de origen de por lo menos el lado 1.
En efecto, después de un análisis comparativo entre el lado 1 del Nuttall, el Colombino-Beckery las páginas dedicadas a 8 Venado en el Bodley, puedo llegar a concluir que hay diferentes tradiciones historiográficas plasmadas en cada uno de estos códices. La tradición histórica registrada en el Nuttall pone más énfasis en las conquistas, alianzas, reuniones políticas y actos de obediencia y reconocimiento a 8 Venado que el Colombino o el Bodley. Además, el lugar más prominentemente representado en el Nuttall es Tilantongo, a tal punto que
en este documento se ignora la fecha de entronización de 8 Venado en Tututepec, en la Mixteca de la Costa, entre otros acontecimientos que se pasaron por alto. El énfasis puesto en Tilantongo nos hace pensar no sólo en este lugar como el posible origen de la biografía del gran conquistador, sino que incluso el manuscrito bien pudo haber sido mandado a hacer por los descendientes de 8 Venado.
Desconocemos la fecha exacta en la que pudo realizarse el lado 1 del Códice Nuttall, pero si los eventos que registra pueden ubicarse hacia los siglos XI y XII, probablemente el códice respondió a una necesidad de legitimación por parte de sus descendientes hacia principios del siglo XVI, cuando el linaje de 8 Venado, sobre todo de la rama de Tilantongo, comenzaba a desvanecerse. Varios años después, los señoríos de Tilantongo y Teozacoalco fueron unificados por el señor 9 Casa, por lo que tal vez el códice cambió de residencia a Teozacoalco, lugar en el que se agregaría la historia de sus gobernantes.
SENTIDO DE LA LECTURA
Como hemos señalado, el Códice Nuttall es una larga tira de piel de venado doblada en forma de biombo, por lo que su sentido de lectura es muy distinto a un libro o cuaderno de hoy día. En su formato original, el códice se lee de derecha a izquierda por ambos lados, siguiendo el patrón de las líneas rojas verticales que están pintadas en cada lámina. Estas líneas rojas no son continuas, sino que a la mitad de cada hoja se interrumpen para dar paso a la secuencia de la narración.
El Códice Nuttall está conformado en realidad por dos documentos diferentes escritos de manera independiente y en diferentes momentos en cada lado o cara del manuscrito. El que ahora denominamos lado 1 contiene la vida de 8 Venado, mientras que el lado 2 trata sobre la historia del señor 8 Viento de Suchixtlán, los orígenes de la dinastía de Tilantongo, Teozacoalco y Zaachila, entre otros temas, es decir, no es continuación del primero.
Como el lado 2 fue considerado por mucho tiempo la parte anversa del códice, la persona que paginó el manuscrito original comenzó a numerar las láminas del 1 hasta el 46, tomando en cuenta las dos láminas sin pintar. Por lo que al dar la vuelta al códice, el lado 1 quedó como la parte reversa, numerada del 47 al 90.
En la presente edición del lado 1 hemos respetado la numeración que se ha fijado en las dos últimas publicaciones facsimilares (1987, 1992) –en las que se toman en cuenta sólo las láminas pintadas–, es decir, comenzamos con la lámina 42 y concluimos con la 84. Asimismo, se reproducen las láminas del códice de manera individual y en la explicación de cada una se sigue el sentido de lectura de derecha a izquierda.














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