martes, 17 de marzo de 2015

CHILAM BALAM





                                                       CHILAM BALAM

Los Códices sagrados del Chilam Balam son un conjunto de varios libros que narran el modo de vivir de los mayas, antes y después de la conquista.
Tal como han llegado hasta nosotros, estos libros contienen abundante información sobre la vida en el Yucatán colonial. Tangencialmente, se nota el influjo del medio en que fueron escritos: la cultura española. En lo básico, dejan constancia de las tradiciones religiosas y mitológicas de los mayas. Asimismo, es de gran importancia la "cuenta de los katunes", pues trata sobre los principales sucesos de la historia, vistos conforme al concepto maya del tiempo cíclico.
Aparte del Popol Vuh quiché perteneciente a las tierras altas de Guatemala, los libros del Chilam Balam son otro gran compendio de la primitiva mitología maya procedente de las tierras bajas de la Península de Yucatán. También fue traducido al latín en el periodo colonial. Éste toma su nombre del sacerdote-gobernante maya Chilam Balam, que profetizó la llegada de los españoles. Existen varias versiones. Las más famosas son la de Tizimin, la de Chumayel…, que toman el nombre de la ciudad de la que proceden.
Cada libro del Chilam Balam lo guardaba el jefe, sabio o sacerdote de un pueblo o grupo. Para lograr su rápida identificación, al libro se le añadía el nombre de ese grupo. De ahí que tengamos, por ejemplo, un Chilam Balam de Chumayel. Además de éste han sobrevivido los de Maní, Tizimín, Laua, Ixil y Tusik.

Al conjunto de estas obras se lo conoce bajo el título de "Los Libros del Chilam Balam". La mayor parte de los textos son de índole mística; otros, contienen síntesis de relaciones de hechos, aunque también con un sentido indudablemente religioso; otros, son cronologías extremadamente sintéticas llamadas "Serie de los Katunes"; y hay también fórmulas simbólicas de iniciación religiosa. La última parte del manuscrito consiste, principalmente, en la transcripción de las profecías atribuidas al sacerdote Chilam Balam y a otros.


EL LIBRO DE LOS LIBROS DE CHILAM BALAM
Los llamados "Libros de Chilam Balam" forman una parte de las secciones mas importantes de la literatura indígena americana. Fueron redactados después de la conquista española, por lo que su escritura y su forma material son europeos es decir, su escritura es la que los frailes españoles adaptaron a la fonología de la lengua maya en Yucatán y el papel usado -por lo menos en las copias ahora existentes- es tambien europeo, formando cuadernos. Alguno, si no todos, tuvieron tapas de vaqueta.
El material que contiene "El Libro de los Libros de Chilam Balam" es heterogéneo. La diversidad de su contenido abarca todas las fases culturales por las que fue pasando el pueblo maya de Yucatán hasta que cesaron de compilarse. Es indudable que gran parte de sus textos religiosos e históricos puramente nativos provienen de los antiguos libros jeroglíficos, de los cuales solamente existen disponibles en el mundo cuatro, todos en Europa. Otra porción de los textos ha sido registrada de fuente oral y el resto de impresos europeos.

Los Libros de Chilam Balam
EXPLICACIÓN DEL CALENDARIO MAYA
   "Este es el calendario de nuestros antepasados: cada 20 días hacen un mes, según decían. 18 meses es lo que contaban por un año; cada mes lo llamaban "un uinal" que quiere decir mes; los 20 días era la carga de un mes; "mes uinal" decían. Cuando se cumplían los 18 por cada vez que pasaba su carga era un año; luego se asentaban los 5 días sin nombre, los días dañosos del año, los mas temibles, los de mayor pena por el temor de muertes inesperadas y peligros de ser devorados por le jaguar. En ellos todo era malo: mordeduras de serpientes venenosas en el monte y golpes de ramas ponzoñosas a los hombres, según decían. Esta es la razón de porque se decía que eran los dañosos del año, los días mas malos estos días sin nombre. Pero tenían un dios que adoraban, que reverenciaban, que acataban durante cuatro de estos días. Grande era el regocijo que se le ofrecía al recibirlo el primer ida; se le daba gran importancia y era un día festivo. Pero al cuarto día ya no era cara su presencia, ni se le daba la importancia del primer día a su imagen, era ya otro al tercer día y no el centro de la casa; al cuarto día se le colocaba en las afueras de la casa para que allí le amaneciera; al quinto día se le echaba para que se fuese. El sexto día entonces que era el primero, el día cargador del año, en el que se asentaba el comienzo del año, del nuevo año y del primer mes llamado otra vez Pop, este era."





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